domingo, 4 de enero de 2015

#Dakar: la desmesura o el cambio

Tomo algunas expresiones de la crónica de Clarín de hoy sobre el inicio del Rally Dakar:

“Todo fue tapado por el rugido de los motores que aturdieron la  zona”

“Después de todo, los fierros siempre atraen”

“el paso de estos mastodontes que desde hoy intentarán sortear las trampas de muchos de los terrenos más áridos  de Latinoamérica”

Detrás de estas expresiones se esconden algunos valores que el Dakar expone con desmesura.

Son valores que se encuentran en retroceso y, poco a poco, van siendo reemplazados por otros más afines con el mundo y sus retos contemporáneos.

La actitud prepotente y avasalladora sobre la naturaleza va poco poco dando lugar a una relación más respetuosa y donde se valora el mundo natural. La  maquinaria humana desmesurada y voraz en recursos naturales va camino a su extinción. Todo esto ocurre ya que está en marcha una transición que dejará atrás a los combustibles fósiles y disminuirá nuestra “huella ecológica”.

No quiere decir esto que dicha transición ocurra inexorablemente en tiempo y forma. Puede que no lleguemos a tiempo y puede que ese cambio no lo hagamos con la suficiente profundidad.

El cambio climático, como ninguna otra amenaza, nos pone ante una crisis civilizatoria.  Los cambios que ocurrirán en la naturaleza si no actuamos y los cambios culturales profundos que implicará actuar, son, en ambos casos, un antes y un después en la historia de la humanidad.

Estamos transitando un cambio cultural que debe acelerarse. Nuestra supervivencia, o mejor dicho, la calidad de nuestra supervivencia en el planeta, está en severo riesgo. Cada paso que damos, cada decisión política que se toma, cada avance tecnológico que se logra, nada es neutral. Todas nuestras acciones profundizan un camino de destrucción y agotamiento de la naturaleza o aceleran un cambio de paradigma que puede compatibilizar equilibrio natural con el desarrollo humano.

Todo puede ir mal y, lamentablemente hoy es lo más probable.

Puede salir bien. Soy un profundo creyente en la inteligencia humana. Confío en que podemos cambiar. Existen signos de que eso puede ocurrir.

Pero nada es neutral. El Dakar refuerza el status quo y eso, a esta altura de la historia humana, es un tremendo error.

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