miércoles, 10 de diciembre de 2014

COP20: Las emisiones vuelan por el aire y el planeta ya no será lo que era.

 

Quiero aprovechar para repasar al panorama actual en relación a diversas cuestiones climáticas. En primer lugar, quiero destacar la información relativa al crecimiento de las emisiones que están afectando al clima. La información central que utilizo aquí proviene del Quinto Informe del IPCC. Esta información resulta ser la más confiable y consolidada dentro del mundo científico. A pesar de haberse terminado de publicar recientemente (noviembre 2014) todos sus datos estadísticos llegan hasta el año 2010, procurando la mejor consolidación de la información que se evalúa.  

Para comenzar veamos lo que ha ocurrido con la evolución de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GHG). El gráfico muestra el período 1970 a 2010. Un incremento sostenido y cada vez más preocupante ya que no sólo crecen, sino que se acelera ese incremento.

El crecimiento de las emisiones entre 2000 y 2010

ha sido más grande que en las tres décadas previasimage

El punto que agrego en el gráfico es el nivel de emisiones del año 2012 (54 GtC) acorde al Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente. La pendiente de crecimiento es más pronunciada en los últimos años.

Como se puede ver, la componente de emisiones de CO2 provenientes del sector energético (combustibles fósiles) es la que más contribuye al incremento total. De allí que sea tan importante la incorporación de fuentes renovables que desplacen combustibles fósiles para atenuar así el incremento de las emisiones y comenzar a reducirlas.

Es importante actuar sobre todos los componentes de los gases que afectan al clima, pero el CO2 es clave por su dinámica y porque su reemplazo es factible en el corto y mediano plazo mediante el reemplazo tecnológico, tanto en materia de generación energética como en su uso más eficiente.

Otros gases se asocian a actividades que dependen de factores más complejos para lograr reducciones. Por ejemplo, en buena medida el metano proviene de la producción de alimentos (arroz, ganadería, etc.) por lo que su reducción implicará cambios dietarios y culturales importantes, los que lógicamente implican procesos más lentos..

Aquí tenemos la evolución histórica del CO2, desde mediados del siglo IXX, tanto proveniente de la quema de combustibles fósiles como de emisiones producidas por deforestación.

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En comparación al crecimiento exponencial de las emisiones por el uso de combustibles fósiles, la deforestación ha permanecido relativamente estable a lo largo de los años. Sin embargo puede notarse una reducción importante en la última década, luego de tener sus valores más altos en la segunda mitad del siglo pasado.

Cuando uno observa estas curvas puede notar que todas las negociaciones internacionales, campañas y llamados de atención, desde los 80 para acá, han dado poco resultado, es decir no modificaron la tendencia a la suba permanente de las emisiones. De allí el dramatismo que van tomando cada año las conferencias internacionales y los pronósticos futuros en cuanto al cambio climático.

Aún así, hay que hacer una aproximación más detallada de esta situación para entender algo más. Mientras en los últimos años se estabilizaron las emisiones provenientes del mundo desarrollado, históricos grandes emisores, el mundo en desarrollo pasó a ser el principal factor del aumento de las emisiones globales.

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Claro que la línea roja ascendente se debe en buena medida a sólo un pequeño grupo de países como China o el denominado grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

Al mismo tiempo, cuando uno mira qué ha pasado en el mundo desarrollado, o países Anexo I acorde a la clasificación del Protocolo de Kioto, se puede notar que mientras la Unión Europea realizó esfuerzos muy notables en materia de reducción de emisiones hubo también países con mucho menos compromiso, pero aún así, el mundo desarrollado se encuentra con niveles de emisión relativamente estables, pero aún a niveles extremadamente altos.

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Dada esta complejidad de actores, donde los poderosos emisores ya no se ubican en las categorías tradicionales donde se los ubicaba anteriormente (desarrollados y en vías de desarrollo) es imprescindible avanzar hacia un acuerdo global legalmente vinculante que establezca compromisos de reducción para cada uno de los países, por supuesto, acorde a las responsabilidades comunes pero diferenciadas. Pero todos deberemos estar jugando el mismo juego y nadie debe quedar exento de responsabilidades.

Ahora, este aumento de emisiones ¿hacia dónde nos lleva?

Si continuamos con acciones de bajo impacto para reducir las emisiones, el crecimiento de las mismas nos lleva a un escenario de suba de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera lo que producirá un aumento de la temperatura que implicará consecuencias desastrosas para los ecosistemas y un cambio radical para la civilización tal cual la conocemos hasta ahora. El escenario sin un cambio drástico de tendencia nos conduce a una concentración de CO2 en la atmósfera de aproximadamente unas 1000 ppm, lo que implicará una suba de la temperatura de alrededor de 4°C.

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 Tal suba  de la temperatura (~4°C) es un escenario catastrófico para innumerables ecosistemas, perdida de biodiversidad a una escala nunca antes vivida por el hombre, la pérdida irreversible de la inmensa mayoría de glaciares y masas de hielo y una suba en el nivel del mar que en el escenario más conservador rondará el metro. Esto tendrá impactos para miles de millones de personas y ciudades enteras deberán ser evacuadas progresivamente.

Aún suponiendo que el sistema climático reacciona linealmente, sin que ocurran episodios que aceleren el proceso, se trata de un escenario irreversible que modificará por completo al planeta tal como la humanidad lo ha conocido. Aún en el caso que logremos detener por completo las emisiones hacia el final de este siglo. 

“Many aspects of climate change and its impacts will continue for centuries, even if anthropogenic emissions of greenhouse gases are stopped. The risks of abrupt or irreversible changes increase as the magnitude of the warming increases”.(IPCC)

 

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Como puede apreciarse, según el IPCC, en el único escenario de emisiones en que puede haber un leve retorno a los niveles actuales de concentración de CO2 y de la temperatura a lo largo de cuatro siglos, es el escenario RCP2.6, el más restrictivo, que nos llevaría a no superar los 1,5°C. El resto de los escenarios, aún aquel que nos permitiría no superar los 2°C, nos conduce a una suba que es irreversible. En cualquier caso, habremos cambiado el planeta.

 

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