viernes, 29 de marzo de 2013

Insensatez (7)

 

Retomo este repaso por diferentes versiones de “Insensatez”, el gran tema de Tom Jobim y Vinicius De Moraes. Propongo continuar este ejercicio musical con una de las versiones realizadas por una de las grandes figuras del jazz internacional. El guitarrista Wes Montgomery.

Es una versión que responde a los años de oro de la bossa nova y su enorme aceptación dentro de los músicos de jazz. Se grabó y editó en 1996 para su disco “Tequila”, en el sello Verbe. Tiene la particularidad de ser un disco orquestado, a diferencia del estilo usual de Montgomery. La orquesta de cuerdas fue dirigida por Claus Ogerman. Producido por Creed Taylor, el disco se grabó en tres sesiones; el 17 y 21 de marzo y el 18 de mayo de 1966, en Van Gelder Studios, Englewood Cliffs, New Jersey.

 

 

La próxima versión es la de Flora Purim, una casi mítica cantante brasileña que conocimos a Flora Purim - Stories To Tell - Frontpartir de sus participaciones en algunos discos emblemáticos del Jazz-rock de los 70. Luego de grabar con Chick Corea y muchos otros, consolida su carrera solista. En su disco de 1975, Stories To Tell” (Milestone Records), incluye “Insensatez”.

Si uno mira el personal que participó de ese disco, se da cuenta de la dimensión de Flora Purim en el panorama musical de esos años.

George Bohanon - Trombone
Oscar Brashear - Flugelhorn
Hadley Caliman - Flute, Alto Flute
Phil Carroll - Art Direction
Ron Carter - Bass
Oscar Castro Neves - Acoustic Guitar, Guitar, Arranger 
Raul DeSouza - Trombone
George Duke - Synthesizer, Keyboards
Ernie Hood - Vocals, Zither 
King Errisson - Conga
Earl Klugh - Guitar
Airto Moreira - Percussion, Drums
Flora Purim - Vocals
Carlos Santana - Guitar
Miroslav Vitous - Bass, Arranger, Moog Synthesizer

jueves, 28 de marzo de 2013

Endeudamiento externo para Embalse

Nota publicada el 25/3/2013 por PlazadeMayo.com con el título “Embalse: más deuda nuclear”.

por Juan Carlos Villalonga *

El Gobierno Nacional acaba de acordar un préstamo por 420 millones de dólares otorgados por el Banco de Desarrollo de América Latina o Corporación Andina de Fomento (CAF). El objetivo de ese endeudamiento es financiar parte de las obras de extensión de vida de la Central Nuclear de Embalse, en Córdoba, que este año llegará al final de su vida útil.

Vale señalar que en la misión institucional de la CAF dice promover “un modelo de desarrollo sostenible” por medio de operaciones de crédito y apoyo a proyectos públicos y privados de la región. Más allá de las polémicas que subsisten en torno a la energía nuclear, esta opción energética difícilmente puede asociarse a proyectos “sostenibles”. Tan es así, que los organismos financieros internacionales que han tenido que alinearse en las últimas décadas a ciertos criterios básicos de “sostenibilidad” no incluyen en sus objetivos de financiamiento plantas nucleares. La propia empresa Nucleoeléctrica Argentina SA, la encargada de operar la central de Embalse, señala que “es la primera vez que un organismo de crédito internacional otorga un préstamo a un país para la concreción de un proyecto de energía nuclear”. (1)image

Este crédito va en contra de los principios de la sostenibilidad. Esta operación financiera muestra que la CAF opera, al menos este caso así lo muestra, con un muy bajo nivel de rigurosidad y transparencia en cuanto a la información pública y aceptación social de los proyectos que impulsa. El único aval que posee el gobierno argentino para avanzar con la extensión de la vida útil de Embalse es una Ley Nacional aprobada en el año 2009. Un vergonzoso cheque en blanco que el parlamento nacional otorgó al Gobierno Nacional declarando de interés nacional las obras nucleares que se pusieran en marcha. Un “paquetazo nuclear” que refleja el equivocado y anacrónico consenso energético que existen en los partidos políticos argentinos. Pero ese aval no refleja la opinión de la ciudadanía. (2)

La opinión pública argentina ha mostrado en reiteradas oportunidades el deseo de erradicar el riesgo nuclear y pasar hacia otro modelo energético. En la provincia de Córdoba nadie ha preguntado a su población si están dispuestos a renovar su compromiso con la energía nuclear, con su peligrosidad, su contaminación a lo largo de la cadena de producción, que se inicia en la minería de uranio y finaliza en el pasivo de residuos altamente radiactivos que permanecen alojados en Embalse mismo. Extender la vida útil de Embalse es también continuar con los subsidios que sostienen la pésima ecuación económica de este tipo de energía no es, por lo tanto, una decisión para minimizar. Debido a esto, no puede ser una resolución adoptada por el Ejecutivo Nacional sin mediar una debida evaluación de riesgos, alternativas y de aceptación social. (3)

La decisión de extender la vida útil de la Central no fue sometida a consulta alguna. A nivel nacional, la situación es peor. El Gobierno aún no ha hecho público su plan energético a pesar de llevar años prometiéndolo. Es inadmisible que se tomen este tipo de decisiones sin discusión ciudadana y sin que se dé a conocer cuál es el plan para los próximos años.

El costo de la operación para extender la vida de Embalse arranca en unos 1.300 millones dólares, cifra que estaría apenas cubierta por el crédito recientemente acordado. Sin embargo, el costo final será mucho mayor si se tienen en cuenta las experiencias registradas en reactores similares en Canadá, país de origen de los reactores CANDU, el mismo que se encuentra en Embalse. Hace pocos meses, la tarea de extensión de vida de la Central Gentilly-2, ubicada en Quebec, un reactor similar a Embalse, se abandonó debido a su elevado costo.

Argentina posee recursos naturales fácilmente aprovechables para producir energía renovable y limpia en cantidades que permitirían reemplazar totalmente la generación nuclear en unos pocos años. Pero para hacerlo, hace falta tomar la decisión de dejar de invertir los valiosos recursos económicos que hoy se destinan en mantener a flote a la energía nuclear y transferirlos a impulsar el despegue, por ejemplo, de industrias en alza como la energía eólica.

Si el Gobierno Nacional tan sólo cumpliera la ley vigente, en 2016 se podría generar el 8% de la energía total en base a fuentes renovables, una cantidad superior a lo que hoy aporta la energía nuclear. Ese tan sólo sería un primer paso de lo que se podría hacer en materia energética. Este tipo de créditos siguen intensificando los subsidios e inversiones gubernamentales para sostener el plan nuclear. Un buen ejemplo es la finalización de Atucha II, la que será muy probablemente la central nuclear más cara del mundo, con inyección de dinero proveniente de la ANSES. Se despilfarra el dinero de los argentinos, como tantas veces se hizo en el pasado, en plantas nucleares. Vale recordar que cuando estalló la “crisis de la deuda” (1982) el 10% de la deuda argentina correspondía a la CNEA. Esa es la energía nuclear barata de la que hablan algunos.

Podemos iniciar un cambio de matriz de generación energética con la visión de alcanzar a mediados de este siglo la totalidad de la generación eléctrica basada en fuentes limpias y renovables. La transición debe iniciarse desde ahora con el despegue a gran escala de la energía eólica y la desactivación de las plantas nucleares antes del 2020. Es posible alcanzar ese año cubriendo el 25% del consumo en base a fuentes renovables.

Esa transición energética es posible técnicamente, ya que disponemos de la tecnología y los recursos y, además, es económicamente competitivo. La barrera es política. Podemos tener un futuro energético completamente diferente al presente. Y se puede lograr si la dirigencia política toma decisiones correctas e innovadoras. Hoy ya existe en la provincia de Córdoba una iniciativa legal para desactivar, a partir del año 2014, las actividades nucleares en esa provincia y dar un paso hacia la transformación energética nacional. (4)

Este año es el momento para tomar una decisión trascendente como ésta. Decisión que no sólo es oportuna, es también absolutamente racional y viable.

* El autor es Pte. Junta Directiva Los Verdes

Notas:

1) Por primera vez, un organismo multilateral otorga un crédito a un país para financiar un proyecto nuclear, 20/03/2013, Fuente: Télam.

2) Se trata de la Ley Nacional 26.566. La única fuerza política que votó en contra de esta ley fue el bloque de la Coalición Cívica en la Cámara de Diputados.

3) “Opinión pública en Córdoba y en Calamuchita”, mayo 2012, MBC Mori, Greenpeace Argentina.

4) Esta iniciativa legal es impulsada por la campaña “Córdoba No Nuclear”, integrada por el Centro de Derechos Humanos y Ambiente (CEDHA), Eco-Sitio, Greenpeace, Los Verdes, la Red Ciudadana Nuestra Córdoba y Fundación TierraVida.

lunes, 18 de marzo de 2013

Disyuntiva nuclear en Córdoba

embalse 

Juan Carlos Villalonga

Pte.Junta Directiva Los Verdes

Este año Córdoba se encuentra frente a una disyuntiva en relación con las actividades nucleares que se desarrollan en la provincia. La vida útil de la Central Atómica Embalse ha llegado a su fin y durante 2013 deberá cesar su operación. El Gobierno Nacional proyecta realizar una importante inversión de dinero para extender su vida útil. Esto significa que durante casi dos años esa Central deberá permanecer cerrada mientras se realizan los ajustes y reemplazos de equipamiento que permitan extender los permisos de funcionamiento de la planta.

La extensión de la vida útil del reactor significa persistir bajo el riesgo de la generación nucleoeléctrica, aumentar el pasivo de residuos altamente radiactivos que permanecen alojados en Embalse y una erogación de dinero que no se justifica en términos energéticos.

La decisión que ha tomado el Gobierno Nacional no será sometida a consulta alguna en Córdoba. Por otro lado, el Gobierno aún no ha hecho público su plan energético a pesar de llevar años prometiéndolo. Sin embargo, todos los días se toman decisiones en esta materia que afectan la vida de millones de argentinos y nuestros recursos naturales. Es inadmisible que se adopten medidas de esta magnitud sin discusión pública y sin conocer cuál es el plan a futuro.

El costo de la operación de extensión de vida de Embalse arranca en unos 1.300 millones de dólares. El costo real será mucho mayor si tenemos en cuenta las experiencias registradas en reactores similares en Canadá, país de origen de la tecnología de reactores CANDU. El elevado costo de la operación de extensión de vida de Gentilly-2, una central similar a la de Embalse ubicada en Quebec, acaba de abandonarse por no resistir la más mínima racionalidad económica.

La decisión de extender la vida útil de una planta nuclear debe ser asumida con la misma intensidad que la de construir un nuevo reactor. No es una decisión para minimizar. Renovar el compromiso que significa convivir con el riesgo nuclear aceptando además la pésima ecuación económica de este tipo de energía. No puede ser una resolución adoptada por el Ejecutivo Nacional sin mediar una debida evaluación de riesgos, alternativas y de aceptación social.

En términos de alternativas, Argentina posee recursos naturales fácilmente aprovechables para producir energía renovable y limpia en cantidades que permitirían reemplazar totalmente la generación nuclear en unos pocos años. Pero para hacerlo, hace falta tomar la decisión de dejar de invertir los valiosos recursos económicos que hoy se destinan en mantener a flote a la energía nuclear y transferirlos a impulsar el despegue, por ejemplo, de industrias en alza como la energía eólica.

Si el Gobierno Nacional tan sólo cumpliera la ley vigente, en 2016 se podría generar el 8% de la energía total en base a fuentes renovables, una cantidad superior a lo que hoy aporta la energía nuclear. Ese tan sólo sería un primer paso de lo que se podría hacer en materia energética. Por el contrario, se pretende seguir intensificando los subsidios e inversiones gubernamentales para sostener el plan nuclear. Un buen ejemplo es la finalización de Atucha II, la que será muy probablemente la central nuclear más cara del mundo, con inyección de dinero proveniente de la ANSES. Se está despilfarrando el dinero de los argentinos, como tantas veces se hizo en el pasado, en plantas nucleares.

Podemos iniciar un cambio de matriz de generación energética con la visión de alcanzar a mediados de este siglo la totalidad de la generación eléctrica basada en fuentes limpias y renovables. La transición debe iniciarse desde ahora con el despegue a gran escala de la energía eólica y la desactivación de las plantas nucleares antes del 2020. Es posible alcanzar ese año cubriendo el 25% del consumo en base a fuentes renovables.

Esa transición energética es posible técnicamente, ya que disponemos de la tecnología y los recursos y, además, viene acompañado de una gran noticia: es económicamente competitivo. La barrera es política. Sólo hacen falta las decisiones correctas.

Podemos tener un futuro energético completamente diferente al presente. Pero no se logrará si no se toman decisiones innovadoras y si la dirigencia política continúa haciendo “lo mismo de siempre”. Por eso impulsamos en la provincia de Córdoba una iniciativa legal para desactivar, a partir del año 2014, las actividades nucleares en esa provincia y dar un paso hacia la transformación energética nacional.

Este año es el momento para tomar una decisión trascendente como ésta. Decisión que no sólo es oportuna, es también absolutamente racional y viable.

viernes, 1 de marzo de 2013

Submarino atómico, prensa oficialista y Verbitsky

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Estoy realizando un trabajo que me lleva a estar sumergido en mis viejos archivos. Acabo de encontrarme con una nota de Horacio Verbitsky en Página/12 del 17 de agosto de 1988. Allí repasa una denuncia del querido Federico Westerkamp acerca de las intenciones existentes en aquel momento dentro de la Armada para construir un submarino nuclear. Lo curioso es, cómo se refiere HV a Tiempo Argentino, el diario oficialista de entonces, que había publicado unos años antes esa información sin percatarse.

“Es cierto que el extinto matutino Tiempo Argentino no fue nunca un medio de circulación masiva, y que al titular su nota con las opiniones de Arosa sobre la gira presidencial e ignorar el anuncio del submarino atómico, no mostró mayor perspicacia. Ahora se comprueba que ni siquiera los funcionarios del gobierno que lo sostenía con fondos públicos tomaban conocimiento de lo que ese diario publicaba. Que ese sea el merecido destino de toda prensa oficialista, de todos modos no convierte a la declaración del almirante Arosa en un secreto”.

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