martes, 17 de abril de 2012

Hace falta una nueva visión energética

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Juan Carlos Villalonga, Los Verdes

Sería una buena noticia si no fuera el punto de inicio de una avanzada destructiva sobre los recursos fósiles “no convencionales”. Porque la expropiación del 51% de las acciones de YPF, hasta ayer en propiedad de la española Repsol, no significa un cambio de dirección en la política energética argentina.

Es bueno que el Estado Nacional tengo los instrumentos adecuados en sus manos para definir algo tan esencial y crucial para el desarrollo social como la política energética. Pero también no debemos perder de vista que también fueron decisiones soberanas tomadas por este mismo gobierno el apadrinar socios (como el caso Eskenazi) para que se integraran a YPF sin prácticamente ningún compromiso de inversión.image

Es decir, no es la decisión soberana per se lo que le imprimirá calidad a la decisión. Todos esperamos mayor transparencia y una mejor utilización de los dividendos de una compañía como YPF. Pero el tema es la política energética. Y eso no está en discusión y la dirección que hoy día tiene es claramente insostenible.

Que YPF no haya invertido lo suficiente como se esgrime ahora, porque parece que el gobierno lo descubrió este año, responde a fallas groseras en la política energética que superan ampliamente al mal acuerdo con Repsol, Eskenazi y Cia. La política hidrocarburífera viene cuesta abajo desde hace años y no han faltado las señales de alarma desde distintos sectores. Pero parece que al gobierno sólo le interesan las decisiones políticas de alto impacto. Aquellas que son menos espectaculares, que se desarrollar a lo largo del tiempo, pero que son a veces más eficaces, no les son tan atractivas.

Lo que se viene ahora, de la mano de YPF como empresa mixta, es el impulso al desarrollo de los recursos “no convencionales” de gas y petróleo que existen, en abundancia, en el subsuelo del país. Una explotación carísima, de altísimo costo ambiental, la demanda de agua será otro conflicto equiparable a lo que ocurre en algunos sitios con la minería y se pretenderá continuar abonando una matriz energética altamente dependiente de combustibles fósiles.

Una visión energética diferente es urgente en nuestro país. Un nuevo consenso energético que decididamente abandone el paradigma nuclear y fósil y pasemos a un modelo que despliegue la increíble potencialidad de las energía renovables que Argentina posee. Enarsa podría haber sido, en todos estos años desde su creación, el brazo ejecutor de la misma, impulsando a gran escala y con un esfuerzo económico mínimo un plan de despegue masivo de la energía eólica y solar en todo el país. Desarrollando además industrias locales que están ansiosas por lanzarse decididamente en el mercado local. Se podría haber utilizado mejor los enormes recursos económicos que se destinaron a subsidiar escandalosamente el consumo energético, sin prioridades sociales, y que ha sido un despilfarro inmoral de recursos. Eso también parece que lo descubrieron este año. Todos esos recursos podrían haber servido para generar una política de uso eficiente de la energía a escala nacional sacando al país del retraso que hoy tiene en esa materia.

No es que nos han faltado recursos. Faltó una visión acorde a los años que vivimos y mirando el futuro.

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2 comentarios:

  1. Cali:
    Todas las ONG ambientalistas del país coinciden en buscar un cambio a la política energética, no la manera de extraer recursos “no renovables” hasta agotarlos y seguir impactando nuestro en nuestro medio ambiente.
    Habiendo sido hace solo 5 años atrás el mayor productor de energía eólica de Sudamérica, hoy nos vemos con envidia y tristeza como somos superados por Brasil, que implementando políticas energéticas más serias que las nuestras, nos han supera en 20 veces en capacidad de renovables.
    Las energías renovables, limpias e inagotables, nos permitirían reemplazar los actuales consumos de hidrocarburos, sobre todo gas, para la generación eléctrica y garantizar el desarrollo del país de manera sustentable y sin dependencia de las importaciones.
    Un país sin excedentes energéticos no tiene ninguna posibilidad de crecimiento y hasta compromete su propia soberanía.
    El problema de fondo aun sigue existiendo, independientemente de quien se haga cargo de YPF.
    Eduardo D'Elia

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  2. El gran problema que tiene el discurso de los interventores de YPF es que choca con una realidad ineludible. YPF no puede ser la política energética del país. es consolidar una posición monopólica en la fijación de precios, en la matriz energética que deseamos, en la distribución del combustible que hoy por hoy mueve todo.
    El estado debe participar en la empresa? Si, pero no nos olvidemos de todo lo demás.
    El estado debe fijar una política energética? Si, a través de todos sus instrumentos. Enarsa esta menos capitalizada que muchas Pymes.
    Con esta medida se esta sensibilizando in extremis una matriz energética ya bombardeada por los problemas que genera un crecimiento económico sin inversión, y con muy poca reinversion de utilidades.
    YPF va a dar mucha pero mucha perdida económica al corto y mediano plazo, con toda la inversión retrasada y las necesidades de emparchar las faltas de oferta no podemos esperar otra cosa. Lo único en lo que debemos insistir es, dada la utilidad publica de la empresa, la tenemos que exigir que parte de los dividendos (tanto públicos como privados) deben dirigirse a la investigación y desarrollo a fuentes alternativas de energía.

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