jueves, 7 de julio de 2011

La esperanza de los Verdes

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 julio de 2011, por Daniel Galvalizi

Publicado por Opinión Sur Joven

¿Cómo incluir el medio ambiente en las políticas públicas? Uno de los dirigentes de Los Verdes, el partido ecologista más importante del mundo, cuenta cómo generar tendencia y tener una opción política y medioambiental.

El primer partido medioambientalista del mundo fue el United Tasmania Group, una organización política fundada en 1972 en Australia. Era la primera cristalización de un proceso de cambio profundo que vendría a los partidos políticos, que comenzó con los días revolucionarios de 1968 y que se agudizó con la crisis del Estado de Bienestar en los ´70.

Nuevas demandas surgían en el capitalismo de masas, y el marxismo y liberalismo no alcanzaban a condensarlas. Así fue como, con el correr de los años, fueron ganando terreno las ideas ecologistas y, poco a poco, comenzaron a nacer agrupaciones políticas cuyo fin último era el cuidado del medio ambiente y evitar que el hombre aniquile su propio gran hogar.

Esa nueva realidad pegó con fuerza a los más imagedesprevenidos en 1984, cuando en las elecciones para el Parlamento Europeo los partidos “verdes” (como se los comenzó a denominar) recibieron casi 3.400.000 de votos, lo que marcó un hito que ya señalaba la renovada importancia del ecologismo.

En este proceso hubo un grupo que resultó un faro para el resto. Si bien existían ya miles de organizaciones ecologistas en el mundo y la protesta del activista ambientalista Chico Mendes ya retumbaba en el Amazonas, por dar un ejemplo, hubo una fuerza política que se caracterizó por el crecimiento constante y por tener la suerte de ser parte de gobiernos de coalición: Die Grünen (Los Verdes) de Alemania.

Fundado en 1980, el partido Los Verdes es relevante en la política alemana desde hace dos décadas y suele salir tercero o cuarto en las elecciones generales. En marzo, ganó por primera vez unas elecciones con el 25% de los votos en el estado alemán de Baden-Württemberg (el tercero más poblado de ese país y uno de los más industrializados), seguidos por los socialdemócratas con un 23%. Este triunfo ratificó el liderazgo de Los Verdes como el partido ecologista de hoy más importante del mundo y demostró cómo la persistencia puede dar sus frutos: el éxito en Baden-Württemberg se relaciona directamente con el reclamo por el cierre de las terminales nucleares en Alemania, que se disparó tras los sucesos de la planta de Fukushima en Japón.

Los Verdes tienen una importante política de proyección global y buscan fomentar los vínculos con redes medioambientales en otros continentes, como por ejemplo con el nuevo Movimiento Los Verdes argentino. Por ese motivo, visitó Buenos Aires el coordinador internacional y ex presidente de la rama juventud de Die Grünen, Malte Spitz.

En diálogo con Opinión Sur Joven durante su estadía en el país, Spitz relató cómo fue el surgimiento de su partido, la importancia que tiene que las nuevas entidades políticas sean más horizontales y abiertas a los temas de la ciudadanía y cómo deben interactuar las organizaciones no gubernamentales (ONG) con los partidos.

Treinta años no es nada

“En un contexto similar al de la Argentina actual, Los Verdes fue fundado por una plataforma de múltiples organizaciones sociales y movimientos que venían de los ’70, grupos que creían que sus objetivos no tenían acogida y por eso decidieron dar el paso para conformar el partido. Además, tenían la pretensión de romper con las tradiciones políticas comunes y transitar por nuevos caminos, entre ellos, que el partido sea dirigido por dos presidentes y que haya la misma cantidad de hombres y mujeres en su dirigencia”, explica.

-¿Qué implicaciones políticas tiene el histórico triunfo en Baden-Württemberg?


-Nuestro triunfo electoral hizo tomar conciencia a la canciller alemana Angela Merkel de que su política con respecto a la energía nuclear no la iba a llevar a buen puerto. Ahora dará un vuelco de timón porque prorrogar 12 años la vida útil de las plantas nucleares, como lo hizo, no es buena image decisión. Si Alemania abandona la energía nuclear se cumpliría así con uno de los objetivos que hicieron a la fundación de Los Verdes. Por primera vez hay consenso político de que se debe acabar con la energía atómica y eso es un espaldarazo a nosotros.

-¿Cuáles eran los principios que impulsaron a los fundadores del partido?

-Hace 30 años el punto central fue hacer un tipo diferente de política, que ya no se la conciba de arriba para abajo, y a pesar de haber cambiado mucho el escenario, no se ha modificado la centralidad de esta idea. Es esencial para la democracia hacer una política diferente y fortalecer la participación popular. Está claro el vínculo entre la economía y la ecología, y eso hizo tomar cabal conciencia de que la política verde es un desafío y también una oportunidad económica. En Alemania se crearon ya 360.000 empleos en el sector de energías renovables y podrían llegar a 700.000 para 2015.

En ese sentido, Spitz se refirió a la decisión del Gobierno de la presidenta Cristina Kirchner de reparar y poner en marcha la nueva central atómica Atucha II, que busca abaratar los costos y revertir el cuello de botella energético en el que se encuentra la Argentina ante falta de inversiones, sumado a un incremento enorme de la demanda.

“La Argentina tiene maravillosos recursos naturales para energías renovables, hasta tiene gran cantidad de vacas para hacer biogas. En el siglo XXI abrir una nueva planta nuclear es erróneo, especialmente si el país tiene posibilidades de tener otra cosa”, remarcó.

El representante de Die Grünen, nacido en la pequeña ciudad de Telgte, al norte de Köln, subrayó la importancia de que los partidos políticos tengan enfoques amplios para captar las nuevas demandas de la gente: “Verde no tiene que ver sólo con medio ambiente sino con las cuestiones sociales, con las garantías de la libertad y la autodeterminación, que son valores esenciales de este siglo. Desde nuestra historia partidaria, la importancia que la sociedad civil se sienta incluida es clave. Por eso es importante el trabajo en alianzas o frentes comunes en determinados temas”.

Cooperación partidos-ONG

En la mayoría de los países, las demandas y el seguimiento de los temas medioambientales son llevados adelante por organizaciones del tercer sector, es decir ONG (Greenpeace, el ejemplo más claro), ya que en pocos lugares se han estructurado partidos políticos ecológicos relevantes y que perduren en el tiempo.

Allí radica la importancia de las ONG y su rol en la construcción de una agenda política que incluya la cuestión medio ambiental y la forma en que pueda influir en el proceso con otros actores, debido a que por más presión que ejerza la ONG, las bancas en los parlamentos son constituidas con miembros de partidos y no de organizaciones sociales.

“Hay que tener en cuenta que el tipo de organización de una ONG y el de un partido político son totalmente distintos y que uno no debe inmiscuirse en el otro, deben respetarse como entes independientes. Los partidos y las ONG se necesitan mutuamente para la transferencia de conocimiento y para establecer las metas y ayudarse”, sostiene Spitz.

-¿Qué rol les cabe a las ONG en la dinámica política cuando existen partidos medioambientales?

-A las ONG les cabe la tarea de reflejar las visiones sociales en relación a las organizaciones civiles y constituir foros en torno a ellas. Son las organizaciones del tercer sector las que explican de alguna forma por qué  los partidos toman determinadas decisiones o leyes, se trata de un trabajo cooperativo e interactivo.

Será por esto que uno de los máximos dirigentes de Greenpeace Argentina durante años, Juan Carlos Villalonga, decidió dar el salto de la ONG ecologista más famosa del mundo a la política. Acompañando a Spitz en su visita a la Argentina, Villalonga liderimagea el nuevo espacio Movimiento Los Verdes y aprovechó más que nadie el know-how del político alemán.

“El Movimiento Los Verdes nació en abril. No nos planteamos ser una opción política electoral en el corto plazo, sino que se genere la tendencia en la gente de querer tener una opción medioambiental. El ecologismo ha permeado muy poco en las políticas públicas, hay que pasar a una reivindicación más amplia”, señaló Villalonga, que avizora las elecciones parlamentarias de 2013 como un buen momento para empezar a probarse ante el electorado.

Su tarea no es fácil. Aunque Spitz sea un optimista: “La ecología consiguió un nuevo respeto y atención en Latinoamérica. En Brasil y Colombia candidatos de partidos Verde han obtenido más del 20% (en alusión a Marina Silva y Antanas Mockus, respectivamente), y demuestra que la gente se está interesando por esos temas”.

Basado en su propia experiencia y la de su tenaz partido, deja un consejo teñido por una sonrisa: “El mensaje de los Verdes es que a veces hay que esperar 30 años para que el mensaje llegue a la práctica”. El siglo recién comienza.

 

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