jueves, 28 de octubre de 2010

En su ley

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Murió en su ley, como vivió

Jorge Lanata
Para LA NACION

Jueves 28 de octubre de 2010

1) Kirchner:

La muerte, siempre, sorprende y espanta. La de Néstor Kirchner estalló en el vacío de un feriado, espera de la llegada del censista y teléfonos que no pararon de sonar. La muerte ajena espanta porque nos enfrenta al fantasma de la muerte propia. Esta mañana supimos, otra vez, que no somos inmortales. La sola idea es insoportable, por eso vamos a olvidarla con rapidez. Ni siquiera el poder puede defendernos de ella. Néstor Kirchner tuvo suerte: murió en su ley y en El Calafate, su lugar en el mundo. Los médicos diagnosticaron "muerte súbita". Súbito: precipitado, impetuoso o violento en las obras o palabras, diagnostica el diccionario. Tuvo, Néstor Kirchner, una muerte que coincidió con su vida.

-Ultimamente estaba sensible y paranoico -dijo Jessica en el chat. Jessica cubre Gobierno para mi programa de televisión.

-Se murió sin que nadie lo conociera -largó Luciana, más temprano, apenas supimos la noticia. Luciana hablaba y hablaba, y yo pensaba que la muerte nos empuja sobre los silencios, que era el miedo de Luciana el que estaba hablando.

-Vos sabés que él era su amigo -siguió Luciana mencionando su conversación con una fuente-. Bueno, estaba muy mal, llorando, y me dice: "Es un tipo que no contaba nada, se guardaba todo adentro. Pero sufría un montón. Este nivel de agresividad fue el que lo mató".

Escuché eso varias veces a lo largo del día: Kirchner fue asesinado por su personalidad.

Néstor Kirchner ha muerto y el pasado, ahora, se convirtió en anécdota: la avidez que lo empujó al precipicio será avaricia o entrega generosa, según la historia y quien la escriba.

Acabo de ver, en el noticiero, que alguien pintó apresurado una tela que dice "Néstor Vive", y la colgó de la reja que separa la mitad de la Plaza de Mayo de la Casa de Gobierno. Antes, supe que hubo quienes tocaron bocina en la calle, en una miserable actitud de festejo. Nadie puede estar orgulloso de su odio, si es que lo tiene. El odio es una bajeza del espíritu. Recordé entonces aquella pintada de "Viva el cáncer" durante la agonía de Eva Perón; pesadillas de una Argentina que ojalá haya quedado para siempre atrás.

Néstor Kirchner ha muerto. Que su alma descanse en paz.

2) Kirchnerismo:

¿Existirá el kirchnerismo? Si existe, desde hoy será puesto a una dura prueba: dar los primeros pasos sin su inspirador. Y si existe, ¿de qué kirchnerismo se trata? ¿Del de Moreno o el de Scioli? ¿El de Kunkel o el de Bonafini? ¿Tendrá la disciplina suficiente para organizarse en ausencia de su líder o habrá llegado para muchos el momento de pasar facturas? ¿El kirchnerismo habrá sembrado vientos? Una Presidenta con un vice opositor y el peronismo dividido un año antes de las elecciones: la palabra prohibida es Isabel. No hay duda posible sobre la continuidad institucional, y mucho menos sobre asonada alguna, pero la palabra prohibida remite al vacío de poder o al desborde temperamental de quien lo maneje. La otra palabra es equilibrio.

¿Cristina necesita ayuda? Habrá varios dispuestos a darle el abrazo del oso. ¿Sobre quién sostener el Gobierno más allá de sí misma? Julio De Vido tiene problemas de salud y acaba de perder un hijo hace poco más de un mes. Aníbal Fernández es un buen espadachín radial, el hijo de Jacobo un pésimo diplomático, Hugo Moyano el enemigo en casa. La soledad es peligrosa y las compañías de segunda línea tienen intereses propios. Cristina deberá tomar, en los próximos meses, muchas decisiones: ella es la persona que soportará en su espalda el destino del kirchnerismo. © LA NACION

A cara o ceca

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Es algo para lo que uno no está preparado. Tanto sea si se lo tomaba como referencia admirable o cuestionable. Repentinamente todo un país se quedó sin su principal actor político. Para el opositor, es quedarse a solas en el ring y sin haber ganado ni perdido nada, para otros, el desamparo, la sensación de que este escenario no era admisible y es una injusticia infinita.

Quiero destacar un síntoma de sobriedad y sensatez en el momento más duro para este gobierno. El silencio y la ausencia de exposición de escenas que sólo hubieran alimentado sentimientos que no deben ser alimentados por parte del Gobierno Nacional. Un gran síntoma de fortaleza es la actitud asumida por la presidenta y su círculo íntimo.Debo reconocer esa prolija actitud, en un momento tan propenso a cualquier tipo de desborde. Mucho autocontrol, ninguna imagen o palabra demás. 

Voy a destacar una vez más un artículo de Beatriz Sarlo, lo repito también una vez más, una de las intelectuales más brillantes de la Argentina.

Cali

 

Opinión

La vida a cara o ceca

Beatriz Sarlo
Para LA NACION

Jueves 28 de octubre de 2010

A las diez de la mañana, la ciudad estaba desierta por el censo. En ese vacío cayó la noticia. Cuatro personas, en un vagón de subterráneo escuchamos que alguien dijo: "Murió Kirchner". A partir de ese instante, la ciudad en silencio se convirtió, retrospectivamente, en un ominoso paisaje de vaticinio. Cuando bajé saludé a quienes habían escuchado conmigo la noticia, quise preguntarles sus nombres porque, como fuera, había vivido con ellos un momento de los que no se olvidan nunca más. En el quiosco de San José y Rivadavia pregunté si era cierto, con la esperanza alocada de que me dijeran que alguien acababa de inventarlo. Fue poderoso, ahora estaba muerto.

Pensé en quienes lo amaban. Su familia, por supuesto, pero ese círculo privado es, como toda familia, inaccesible y sólo se mide con las propias experiencias de dolor, que habilitan una solidaridad sin condiciones. Puedo imaginar, en cambio, la muerte del compañero de toda una vida, que la política marcó con una intensidad sin pausa: la Presidenta conoce hoy la fractura más temida.

Con la intensidad de la evocación marcada por una proximidad que comprendo más, pensé en quienes lo admiraron y creyeron que fue el presidente que llegó para darle a la política su sentido. Recordé a Kirchner en el Chaco, en marzo de este año, y un día después en el acto de Ferro, con la cancha repleta, donde se mezclaban los contingentes de los barrios bonaerenses, las familias completas, las barritas con los bombos, los viejos y los niños, con las clases medias que llegaban sueltas o débilmente organizadas. Lo recordé abrazándose a los chicos de un barrio pobre del Gran Buenos Aires, donde aterrizó su helicóptero, bajó corriendo y empezó a caminar como si llegara tarde a una cita. Se movía por las calles de tierra y cascotes como quien siente que la vida verdadera está en esos contactos físicos, abrazos rápidos pero vigorosos, tironeos, gritos; los chicos lo seguían como una nube, jugando; era fácil tocarlo, como si no existiera una custodia que, sin embargo, trataba de rodearlo mientras todo el mundo se sacaba fotos.

A fines del siglo XX nada anunciaba que la disputa por ocupar el lugar del progresismo iba a interesar nuevamente salvo a los intelectuales o a los pequeños partidos de izquierda. Kirchner introdujo una novedad que le daba también su nuevo rostro: se proclamó heredero de los ideales de los años setenta (al principio agregó "no de sus errores"). En 2003, llegó al gobierno marcado por una debilidad electoral que Menem, dañino y enconado, acentuó al retirarse del ballottage y no permitirle una victoria con mayoría en segunda vuelta. La crisis de 2001, pese al intervalo reparador de Duhalde, no estaba tan lejos en la memoria, mucho menos de la de Kirchner, que encaraba su gobierno con poco más que el veinte por ciento de los votos. Su gesto inaugural, el mismo día de la asunción, fue hundirse en la masa que lo recibía, como si ese contacto físico provocara una transferencia. Kirchner ocupaba por primera vez un lugar en la Plaza de Mayo y terminaba, junto a su familia, mirándola desde el balcón histórico; en la frente, una pequeña herida, producida en la marea de fotógrafos.

La escena es un bautismo. Kirchner comenzó su presidencia con un golpe en la frente porque se lanzó a la multitud que estaba en las calles, entre el Congreso y la Plaza de Mayo; se lanzó como quien corre hacia el mar el primer día del verano, con impaciencia y sensualidad, gozando ese cuerpo a cuerpo que es el momento amoroso de la política.

Pensé entonces en las escenas que, pese a ser una opositora, me había tocado vivir. En las escenas de masas, donde no hay sólo acciones que se aprueban o se critican, se percibe un más allá de la política que la convierte en experiencia y en alimento sensible. Kirchner, un duro, gozaba con esa afectividad intensa que a sus ojos seguramente refrendaba el pacto peronista con el pueblo. Pero no pensé sólo en esos cientos de jornadas en que Kirchner había pisado la tierra o los lodazales de los barrios marginados, donde era recibido con una alegría que superaba la gestión de los caudillos locales, porque alguien, un presidente, llegaba a ese confín donde vivían ellos, unos miserables.

Pensé también en los que formaron el lado intelectual del conglomerado que armó Kirchner. Con ellos he discutido mucho en estos años. Sin embargo, me resulta sencillo ponerme en su lugar. Muchos vienen de una larga militancia en el peronismo de izquierda; vivieron la humillación del menemismo, que fue para ellos una derrota y una gigantesca anomalía, una enfermedad del movimiento popular. Cuando los mayores de este contingente representativo ya pensaban que en sus vidas no habría un renacimiento de la política, Kirchner les abrió el escenario donde creyeron encontrar, nuevamente, los viejos ideales. Pensé que se engañaban, pero eso no borronea la imaginación de su dolor.

El furor de Kirchner en el ejercicio del gobierno transmitía la eléctrica tensión de la militancia setentista; para muchos, era posible volver a creer en grandes transformaciones, que no se enredaran en el trámite irritante y lento del paso a paso institucional. Y creyeron. Entiendo perfectamente esas esperanzas, aunque no haya coincidido con ellas. Conozco a esa gente, que se identifica en Carta Abierta, pero la desborda. Pensé en ellos porque cuando un líder político ha triunfado con el estilo de la victoria kirchnerista, su muerte abre un capítulo donde los más mezquinos y arrogantes saldrán a cobrar deudas de las que no son titulares, pero otros padecen el dolor de una ausencia que comienza hoy y no se sabe cuándo va a aflojar sus efectos. La muerte no consagra a nadie ni lo mejora, pero permite ver a quién le resulta más dura. Los que soportamos muchas muertes políticas sabemos que sus consecuencias pueden ser de larga duración.

Imposible pasar por alto la desazón de quienes se entusiasmaron con Kirchner. Sería no comprender la naturaleza del vínculo político. En las manifestaciones de 1973 marchaban viejitos con fotos de Eva que, amarillas y cuarteadas, probaban su origen de casas populares construidas en 1950. No sabemos si habrá fotos así de Kirchner en movilizaciones futuras. Pero su impacto en la sensibilidad política quizá se prolongue. Esto no excluye los balances de su gobierno sino que, precisamente, los volverá indispensables. Kirchner será un capítulo del debate ideológico e histórico. Una forma de la posteridad, tan duradera como la dimensión afectiva de esa gente de los barrios más pobres y de quienes lo apoyaron con su actividad intelectual. Maestra implacable, la muerte nos hará trabajar durante años.

La muerte de Kirchner fue súbita y filosa. Hay una frase popular: murió con los zapatos puestos, no había nacido para viejo. Hay otra, pronunciada en un pasado lejano donde todavía se decían frases sublimes: "¡Qué bella muerte!". Bella, aunque injusta y trágica, es la muerte de un hombre que cae en la plenitud de la forma, un hombre a quien no maceró la vejez ni tuvo tiempo de convertirse en patriarca porque murió como guerrero. Sin haberlo conocido, me atrevo a pensar que Kirchner se identificó siempre con el guerrero y nunca con el patriarca.

La medicina explica con todas sus sabias precisiones que Kirchner debió "cuidarse", que su cuerpo ya no podía soportar los esfuerzos de una batalla concentrada y múltiple. Pero una decisión, que no llamaría sólo psicológica sino también un ejercicio de la libertad, fue que Kirchner eligió no administrarse ni tratar su cuerpo como si fuera un capital cuya renta había que invertir con cuidado. Gastaba. Vivió como un iracundo. Ese era justamente el estilo que se le ha criticado. Tenía un temperamento, y los temperamentos no cambian.

Concebía la política como concentración potencialmente ilimitada de poder y de recursos y no estuvo dispuesto a modificar las prácticas que lo constituían como dirigente. Kirchner no podía ser cuidadoso en ningún aspecto. No se aplacaba. Gobernó sin contemplaciones para los que consideró sus opositores, sus enemigos, sus contradictores. Tampoco se ocupó de contemplar su debilidad física cuando se lo advirtieron. Como político no conoció el intervalo de la tregua; sin tregua manejó el conflicto con el campo y con los medios; la tregua es el momento en que se negocia y Kirchner no negociaba, no administraba sus objetivos, los imponía o era derrotado. No delegaba funciones. Fue, paradójicamente, un calculador que confiaba en sus impulsos, un vitalista y un voluntarista que se pasaba horas haciendo cuentas.

En su primer discurso, cuando juró frente al Congreso, dijo: "Atrás quedó el tiempo de los líderes predestinados, los fundamentalistas, los mesiánicos. La Argentina contemporánea se deberá reconocer y refundar en la integración de equipos y grupos orgánicos, con capacidad para la convocatoria transversal, el respeto por la diversidad y el cumplimiento de objetivos comunes". Sin embargo, esas palabras, que no hay elementos para juzgar insinceras en ese entonces, no le dieron forma a su gobierno.

Kirchner definió un estilo que, como sucede con el liderazgo carismático, es muy difícil de transmitir a otros. El líder piensa que es él el único que puede bancar los actos necesarios: él garantiza el reparto de los bienes sociales, él garantiza la asistencia a los sumergidos, él sostiene el mercado de trabajo y forcejea con los precios, él enfrenta a las corporaciones, él evita, en solitario, las conspiraciones y los torbellinos. El liderazgo es personalista.

La Argentina tiene, como tuvo Kirchner, una oscilación clásica entre la reivindicación del pluralismo y la concentración del poder. Como presidente, Kirchner eligió no simplemente el liderazgo fuerte (quizás indispensable en 2003) sino la concentración de las decisiones, de las grandes líneas y los más pequeños detalles: tener el gobierno en un puño. Consideró el poder como sustancia indivisible. Con una excepción que marca con honor el comienzo de su gobierno: la renovación de la Corte Suprema, un acto de gran alcance cuyas consecuencias van más allá de la muerte de quien tuvo el valor de decidirlo.

El poder indivisible es fuerte y débil: su fortaleza está en el presente, mientras se lo ejercite; su debilidad está en el futuro, cuando las circunstancias cambian. Así como Kirchner no administraba con cautela su resistencia física, tampoco fue cauteloso en el ejercicio de su poder. Frente a la desaparición de quien concebía el poder como indivisible, se aprestan las fuerzas y los individuos que quieren creer que ese poder pasa intacto a otra parte, lo cual sería una equivocación, o los que creen que se acerca un nuevo reparto.

Kirchner murió cuando en el horizonte cercano se insinuaba la posibilidad de un reparto de ese poder indivisible. Las elecciones de 2009 cambiaron las representaciones partidarias en el Congreso. Esa fue una experiencia nueva dentro de los años kirchneristas. Entre la negociación y el veto, entre retirar un proyecto propio y adoptar el de un aliado, se había empezado a recorrer un camino que mostraba cierto cambio de paisaje, obligado por la relación de fuerzas. El poder del Ejecutivo tenía una contraparte que no había pesado hasta 2009 y, en 2010, vendrán las elecciones nacionales. El poder indivisible necesitaba victorias, primero dentro del propio movimiento justicialista, batalla que Kirchner ya estaba calibrando.

Kirchner no era sólo un voluntarista sino también un inspirado. Salvo un apresurado que supiera poco, nadie en esa próxima competencia podía estar seguro de que podía desplazarlo. Su inteligencia y su iniciativa causaron siempre la admiración de sus amigos y la expectativa de sus opositores. Estas últimas semanas de su vida estuvieron bajo el signo de las exploraciones, las encuestas y los pálpitos electorales. Como cualquier político que había tocado el éxito y la popularidad en muchos momentos, Kirchner no quería alejarse de la cabina de mando. Creía que él era la única garantía, incluso la única garantía de su propio futuro. Surgido del peronismo, Kirchner no se sentía seguro con las declaraciones de lealtad y desconfiaba de las disidencias que, a sus ojos, encubren traiciones.

Todos, amigos y enemigos, estaban seguros de que algo debía suceder en los próximos tiempos. Sucedió esta muerte que, como toda muerte inesperada y temprana, cortó el curso de las cosas, pero un destino propicio hizo que Kirchner muriera sin conocer una derrota decisiva. Kirchner, muchos lo aseguraban, vivía en el límite de las apuestas a cara y ceca, perder todo estuvo siempre inscripto dentro de las posibilidades. Fue un político de alto riesgo, no un jefe cuya cualidad principal fuera la prudencia. Fue también un político afortunado. Y murió antes de que su imprudencia venciera a la fortuna.

Junto con la renovación de la Corte Suprema hay otro acto de reparación histórica que nadie podrá negarle: después de la derogación de las leyes de impunidad, Kirchner apoyó con su peso personal e institucional la apertura de los juicios a los terroristas de Estado. Hizo su escudo protector con los organismos de derechos humanos hasta convertirlos en articulaciones simbólicas y reales de su gobierno. Como sucedió siempre con Kirchner, el apoyo a que las causas obtuvieran sentencia se entreveró con la política que inscribió a las Madres y Abuelas en la trinchera cotidiana. Kirchner, hasta hoy, ofrece esos balances complicados. Igual que su afirmación latinoamericanista: reivindicó la idea de una nación independiente y soberana, pero dirigió o permitió peleas tan declarativas como inútiles; como secretario de la Unasur, tomó una responsabilidad que cumplió contra muchas predicciones.

Fin de un acto que lleva su marca. Fue la obsesión amada o temida, desconfiada o combatida de muchos. Pocos políticos tienen la fortuna de marcar la historia de este modo. En la turbulencia que produce la muerte, antes de la claridad que llega con el duelo, no es posible saber si el kirchnerismo será un capítulo cerrado. La muerte convoca a los herederos, los legítimos y los que piensan que, en realidad, no son herederos sino titulares de un poder perdido o entregado de mala gana. También falta definir del todo cuál es la herencia y si es posible que pase a otras manos. La memoria de Kirchner puede convertirse en política o en historia. Lo segundo ya lo tiene asegurado con justicia. © LA NACION

domingo, 24 de octubre de 2010

Estoy verde (3)

image Comodoro Rivadavia (1998) Instalación del segundo tramo de molinos eólicos por la Cooperativa local

Vuelvo sobre el libro de Martín Caparrós “Contra el cambio”.

Es un poco difícil realizar comentarios sobre un texto tan cargado de ironías. Se torna difícil porque cuando algo se dice de manera irónica es algo dicho, pero no dicho del todo. Es algo que se dice para que pueda ser leído por su sentido opuesto, actúa como un guiño cómplice con el lector, pero no llega a ser una afirmación de la que ni el autor ni el lector se terminan haciendo cabalmente cargo. Hay algo implícito que queda flotando pero no tiene la solidez de una afirmación o argumentación.

La ironía es un excelente recurso para incentivar a ver o pensar de un modo distinto las cosas. Sirve para desenmascarar lugares comunes, frases comunes, conceptos comunes, etc. Puede aportar una cuota de humor sobre algunas situaciones difíciles. Siempre la ironía requiere de una dosis importante de conocimiento e inteligencia. Al menos, cuando esas dos elementos están presentes, es cuando la ironía tiene su efecto más demoledor.

Ahora bien, en el caso de los textos de “Contra el cambio” no siempre se da esa feliz coincidencia. El recurso irónico, repetidamente utilizado pasa a ser simplemente estilo sobrador y que busca la respuesta automática y cómplice de un lector entrenado en el ejercicio de “a mi no me vengan con…”, sea lo que sea.

El ejercicio intensivo y repetido de la ironía nos vuelve escépticos. O quizás el escepticismo nos hace cada vez más irónicos.

También es cierto que cuanta más información uno acumula más motivos tiene uno para el escepticismo. Más motivos para ver que la cosa no camina. Pero lo único que nos salva del abismo del descreimiento es una mezcla de esfuerzo de voluntad y deber de racionalidad.

Por eso siempre tengo en mente la frase de Barbara Ward: “Tenemos el deber de la esperanza”. Frase que encierra escepticismo, una enorme dosis de pesimismo, pero expresa la opción militante por la esperanza. Uno opta por generar esperanza a pesar de todo. Esa opción militante está en el ADN del ecologismo.

Vuelvo a lo inicial, no es fácil tomar como verdaderos argumentos todas las ironías dichas a lo largo del texto por Caparrós. Sólo me centraré en aquellos fragmentos que tiene una estructura argumental tal que permiten intentar una réplica.

En su capítulo 1 “Amazonas”, pág.13, dice:image

Creer, a mí , me cuesta más que nada. Por eso, supongo, nunca creí en la ecología  y ahora el castigo del gran dios verdoso –aliado con el Fondo de Población de Naciones Unidas—consiste en mandarme por el mundo a buscar historias de jóvenes afectados por la mayor supuesta amenaza contra el ecosistema: el cambio climático o, si acaso, su manifestación aterradora, el calentamiento global.”

No he leído el resultado final del trabajo realizado el año pasado por Martín Caparrós para la UNFPA titulado “En la frontera. Jóvenes y cambio climático”. La elaboración de ese trabajo y reportajes es lo que dio origen a su libro “Contra el Cambio”. Sin embargo, es destacable que de la cita anterior se puede inferir que el descreimiento de Caparrós con la materia de la que se tratarían las historias de sus reportajes era anterior al trabajo realizado para la UNFPA.

De leer sus historias en su libro puedo deducir un error metodológico o diseño caprichoso del trabajo de la UNFPA: buscar jóvenes que “enfrentan” el cambio climático en situaciones bastante extremas y difíciles. Tal el caso que describe en el capítulo “Amazonas”, donde un proyecto de permacultura queda ridículamente pequeño y marginal frente a un problema super-estructural como el calentamiento global. Comunidades atravesadas por todas las urgencias por satisfacer necesidades básicas, donde es obvio que el clima global es y será una entelequia. ¿Qué otra cosa más que ironías se pueden escribir de semejante disparidad de realidades?.

“Nunca creí en la ecología”. Una afirmación obtusa. Pudo intuir por dónde rumbea, pero no es una aseveración feliz. Podría uno decir “nunca creí en el electromagnetismo” y sería una aseveración tan obtusa como la de Caparrós. Entiendo que quiera decir otra cosa, pero estoy tratando de citar aquellos fragmentos donde la carga irónica es menor y permiten una mínima contrastación de datos y opiniones.

Luego de varias páginas, hace un repaso sucinto de la ciencia climática y finaliza diciendo:

“Los pronósticos no eran precisos: el IPCC decía que, para 2100, la temperatura podría aumentar entre 1,4 y 6 grados centígrados, y que las consecuencias serían catastróficas” (Pág.20)image

La rapidez en la descripción de la evolución del conocimiento climático global le lleva a decir  que la imprecisión de los pronósticos tienen esa amplitud. Pero se ignora que, además de los márgenes de error en las estimaciones de las temperaturas a lo largo de este siglo, allí están contemplados diferentes escenarios de evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero debido a diferentes hipótesis de crecimiento demográfico, evolución de la economía y del desarrollo de políticas de mitigación o tecnologías de reducción de emisiones. Es decir, la temperatura global, asumiendo diferentes escenarios de la evolución de las emisiones, puede aumentar entre 1 y 6 grados. Pero eso no se debe únicamente a la imprecisión de los pronósticos.

El escenario hoy más probable nos conduce a los 3,5 grados.

Aclaro este punto porque de otro modo quedaría como que con datos absolutamente imprecisos se está generando un alarmismo que sólo se justificaría en la tontería o en negocios ocultos o en ambas cosas a la vez. La cosa es mucho más complicada: hay tontería, hay negocios ocultos y hay pronósticos lo suficientemente precisos como para saber que estamos enfrentando la mayor amenaza ambiental.

Seguiré.

Cali

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Una versión más de Autum Leaves, ¿cómo elegir?

Esta es de Keith Jarrett en trío.

 

  

  

  

viernes, 22 de octubre de 2010

Náufragos del mundo

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Sigo recorriendo canciones argentinas con el libro de Sergio Pujol. El autor establecía en la anterior entrada un vínculo entre “Avellaneda blues” y “Niebla del Riachuelo”, vínculo que, más allá del giro poético, es claro en el escenario que comparten ambas canciones. Algo de esa sintonía había marcado en algunas entradas previas ya que algunas imágenes de una de las canciones siempre me han remitido, casi automáticamente, a la otra. Aún siendo tan diferentes!

Recomiendo un entrada dedicada a “Niebla del Riachuelo” de febrero de 2008. A disfrutar, con la canción y su historia. Al final pongo una de las versiones que más me gusta, la de Horacio Molina.

Cali

 

«Niebla del riachuelo» (Cobián- Cadícamo)

Desde los cafetines de la Boca en los que despuntaban el vicio los héroes de la Guardia Vieja hasta el debut del cine sonoro argentino —uno de cuyos primeros filmes se llamó, no fortuitamente, Riachuelo—, ese sitio de barcos, marineros y estibadores tiene aura. Por supuesto, este aura se sostiene en una serie de poemas, pinturas y canciones que han encumbrado al Riachuelo enfáticamente. Por ende, uno tiene derecho a preguntarse qué vino primero, si el encanto marinero o la cultura que lo celebro.

En esa línea de afirmación mítica se inscribe «Niebla de riachuelo», tango de Juan Carlos Cobián y Enrique Cadícamo compuesto para el filme noir argentino La fuga, de Luis Saslavsky. Estamos en 1937. El director cree que es un buen número para que lo cante Tita Merello, la protagonista. Y Tita lo canta, para felicidad de sus autores y satisfacción del director. Para aventar dudas sobre su doble talento para la actuación y el canto, la Merello describe, con su temblor tan expresivo, una situación absolutamente visual:

Turbio fondeadero donde van a recalar,

barcos que en el muelle para siempre han de quedar…

Sombras que se alargan en la noche del dolor... image

Náufragos del mundo que han perdido el corazón...

Puentes y cordajes donde el viento viene a aullar...

Barcos carboneros que jamás han de zarpar...

Torvo cementerio de las naves que ni morir

sueñan sin embargo que hacia el mar han de partir...

Estos versos largos, de 13 sílabas, que bien podrían considerarse como alejandrinos, son quizá más prosa que poesía. Y en esa «prosa», hay más descripción que narración. Nada «sucede» aquí; ni siquiera el movimiento de los barcos, que están quietos, acaso condenados a no zarpar jamás. Así es el paisaje del Riachuelo. En 1937 el nivel de contaminación de esas aguas no era tan alto como el que se detectó unas décadas más tarde, pero es interesante constatar esas moles anquilosadas en la entrada fluvial de la ciudad. En 1937, y en el 2010 también. Otros barcos detenidos, pero un paisaje similar, de igual tonalidad, de igual proceso de oxidación. «Turbio fondeadero», escribió Cadícamo. Es una imagen bien locuaz. Más aún cuando el poeta la engarza a la del amor que fue y ya no está. Turbio fondeadero del recuerdo, entonces.

¡Niebla del Riachuelo!...

Amarrado al recuerdo

Yo sigo esperando...

Niebla del Riachuelo

de ese amor, para siempre

me vas alejando...

Nunca más volvió...

Nunca más la vi...

Nunca más su voz nombró mi nombre junto a mí...

esa misma voz que dijo «Adiós».

¿Qué tiene de particular un muelle tapado por la niebla? Nada, a menos que contextualicemos la imagen. Apelo ahora a datos de la historia del cine. Un tiempo antes de este tango, Josef von Sternberg filmó Los muelles de Nueva York (The docks of New York). Y en 1938 la dupla Carné-Prevert realizó en Francia El muelle de las brumas (Quais des brumes). Por cierto, hay referencias más próximas, como los cuadros de Quinquela Martín. Pero prefiero la comparación cinematográfica, aunque a primera vista pueda perecer un poco caprichosa. Tenga presente el lector no sólo la circunstancia en la que se compuso la canción, sino también las ya referidas inquietudes de «séptimo arte» de Cadícamo, seguramente extensivas a toda una generación de músicos y letristas.

«Sueña marinero con tu viejo bergantín», escribió al comienzo de la tercera parte. ¿No estamos contemplando una escena de película? ¿No esta toda la canción —el propio Cadícamo uso, en otro tramo de su letra, el término canción en lugar de tango— fuertemente impregnada del universo visual del cine?

De la música de Juan Carlos Cobián, una vez más debo hablar maravillas (y eso que aún no llegamos a «Los mareados»). Se trata de una melodía profunda, cómoda para registros graves —Edmundo Rivero se sentía a gusto en ese comienzo con un La bajo, repetido cuatro veces, para luego seguir en ese ámbito—, si bien la segunda parte requiere algún esfuerzo agudo. Menos angular que el de «Nostalgias», aquí el tema principal avanza por repeticiones, sin ligados, marcando el ritmo desde la melodía misma.

La armonía es refinada, como es de esperar en «el Chopin del piano», según la radiante definición de su amigo y socio Enrique Cadícamo. Los que conocen bien el tema se deleitan especialmente con la segunda parte, en otra ona1idad, que responde a la forma de 14 compases, contra los 16 de la primera. Hay un giro inesperado en el compás noveno («Nunca más volvió. . . »), que sin llegar a ser una modulación definitiva orienta el tema hacia un final distinto. No quiero dejarme llevar por mi amor al jazz, pero me parece escuchar ahí cierta impronta de George Gershwin, o al menos de esa carnada de compositores de Broadway. Podría ser, las fechas dan perfectamente. No hay que perder de vista esos años estadounidenses de Cobián. Pero también podría haber una ascendencia clásica, quien sabe. En definitiva, Cobián perteneció a la línea del tango romanza. En su minucioso análisis del lenguaje de Cobián, Pablo Kohan no desconoce la influencia del jazz, pero sugiere otra fuente de audacia armónica, seguramente aprendida por el compositor en la sucursal Bahía Blanca del Conservatorio Nacional: Franz Liszt.

¿Versiones? Hay muchas. Ya mencioné las de Tita Merello —volvió a grabar el tema en 1969, con la orquesta de Carlos Figari— y Edmundo Rivero. De las más próximas en el tiempo, rescato dos muy disfrutables: la del Tata Cedrón con su cuarteto, la de Horacio Molina con la sola compañía de la guitarra de Jorge Giuliano.

martes, 19 de octubre de 2010

Hoy llovió y todavía está nublado

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En una entrada previa coloqué el tema “Avellaneda blues” por Manal. Fue en ocasión de comentar un show de Javier Martínez y no fue esa la primera vez que hacía referencia (y reverencia) a ese tema aquí en el blog. En relación a la nota que sigue, recomiendo fervorosamente leer y escuchar la entrada Un trozo de este siglo y del otro.

Acabo de comprarme “Canciones Argentinas 1910-2010” (Emecé, 2010), de Sergio Pujol. Una recorrida por las canciones que están en la memoria colectiva de los argentinos. El libros trata sobre el misterio de “esa conjunción químicamente feliz entre unas pocas estrofas y una melodía”.

¿De qué misterio están hechas las canciones favoritas de los argentinos? ¿Sobre qué hablan sus letras y sus melodías? ¿Qué dicen sus compases acerca de los gozos y las sombras del país a lo largo de cien años?

De Sergio Pujol invito a leer también Rock y dictadura: Esperando nacer.

Quiero compartir de “Canciones Argentinas…”, el capítulo “Avellaneda Blues” (Martínez-Gabis). El libro es una buena excusa para volver a escuchar y visitar los mundos de esas canciones.

Cali

“Avellaneda Blues” (Martínez-Gabis)

A diferencia del rock and roll, con su clamor generacional, el blues se asume como música adulta, de hombres y mujeres endurecidos por experiencias de vida sórdidas o por lo menos difíciles. El blues transmite una carga épica que no podía menos que fascinar a muchos jóvenes de la generación del rock. Éstos se rebelaban contra sus padres; los trovadores negros, contra todo un sistema de segregación y marginalización.

A miles de kilómetros del Mississippi, pero educado con los mismos discos con los que los Rolling Stones y la poderosa movida del «blues británico» selló su pacto trasatlántico con el Demonio del deep south, el argentino Claudio Gabis se enamoró de la ambigüedad modal de la música afroamericana, y a través de ella tomó contacto con las venas abiertas de Norteamérica. En 1968, con sus amigos Javier Martínez y Alejandro Medina, fundó el trío Manal. Debutaron en el Instituto Di Tella y dos años más tarde grabaron en el sello Mandioca «No pibe», «Jugo de tomate», «Una casa con diez pinos» y «Avellaneda blues».

Fugitiva y fascinante, la historia de Manal está inscrita en el núcleo mismo del relato fundacional del rock nacional. Hablamos de los pioneros, y enseguida salta Manal. Poco y nada hubo antes que ellos. Sin embargo, ningún grupo de esos años remite tan insistentemente a una tradición como el trío blusero. Que esa tradición sea extranjera —o foránea, para decirlo con la palabra favorita de los nacionalistas de entonces— encierra una poderosa ironía. Y acaso también un gesto desafiante hacia los cultores del tango y del folclore. ¿Por qué Muddy Waters y no Buenaventura Luna? ¿Por qué Cream y no Pugliese? En fin, ¿por qué los negros norteamericanos y no los «cabecitas negras» argentinos?

Encuentro dos anécdotas ejemplares. La primera: al niño Javier Martínez lo mandaron al rincón cuando, en una escuela porteña de mediados de los 50, prefirió cantar «Tutti frutti» de Little Richard en lugar de una zamba. Y otra anécdota, ya de los 60: Javier Martínez y Arturo Jauretche discutieron sobre cultura nacional en la librería/editorial de Jorge Alvarez, a la sazón productor de Mandioca. De esos cruces, de esas circulaciones controversiales estuvo hecha la textura de los 60. Qué curiosos los caminos de la rebelión hecha sonido: en los 50, una escucha solitaria, a contrapelo de las instituciones y de la música popular predominante. Algunos años más tarde, la incorrección política de tocar blues en inglés —no hay en la música de Manal signos de mestizaje musical, más allá del ya producido con el encuentro del blues con la cultura rock— y cantarlo en español, con inequívocas inflexiones tangueras:

          Vía muerta, calle con asfalto siempre destrozado

          tren de carga, el humo y el hollín están por todos lados

          hoy llovió y todavía está nublado

          sur, aceite, barriles en el barro, galpón abandonado

          Charco sucio, el agua va pudriendo un zapato olvidado.

          Un camión interrumpe el triste descampado.

Dije «inequívocas inflexiones tangueras». Pienso, lógicamente, en “Nieblas del riachuelo», con sus «puentes y cordajes donde el viento viene a aullar» y esos «barcos carboneros que jamás han de zarpar», en «Tinta roja», con sus esquinas, ladrillos y fondines. Pero el blues de Gabis y Martínez le canta a las vías del tren, como corresponde a tradición poética del folclore afroamericano... Salvo que estas vías son las que nacen en Constitución y se prolongan hasta Avellaneda, y de ahí a diferentes destinos del sur.

Apasionado por los trenes casi tanto como por la música, Gabis relató a la pedagoga musical Violeta de Gainza el origen de la canción. Una tarde de 1968, él y su amigo Luis Gambolini paseaban por vías del tren de Avellaneda, desde la barrera de la calle Bernardino vadavia en Fiorito hasta avenida Mitre, en Crucecitas. Caminaban r la vía, directamente. Curiosa forma de fláneur argentino con estructuras de blues en la cabeza, Gabis resolvió ahí mismo la secuencia armónica de su futuro tema. Pensó en Sol mayor con séptima y novena sus posibles direcciones tonales. También se le ocurrió, a manera de adencia a mitad de tema, el pasaje de Sol a La menor séptima. Ese módulo, poco convencional dentro de la sintaxis armónica del blues cIásico, le evocaba al joven guitarrista la imagen del cruce del Riachuelo. Atrás quedaron las luces de los edificios y los carteles de la ciudad menguante. Los amigos se sumergieron en la oscuridad del Riachuelo, y entonces imaginaron el blues en la escenografía porteña.

Más tarde, en una reunión de amigos, Gabis le mostró la secuencia de acordes a Javier Martínez y entre los dos concibieron la letra, ie es más de Javier, claro. Actor por mandato paterno, baterista intuitivo y fervoroso, cantante de voz inventada —como todos los cantantes, salvo que él se inventa una voz negra—, Javier Martínez es el gran letrista del rock suburbano. Sólo él podía mantener el tono plebeyo en un ágape del Di Tella, o discutir con los escritores que frecuentaban la librería de Alvarez sin quedar como un cipayo.

La melodía de «Avellaneda blues» prácticamente no existe, es apenas un cauce musical concebido por Martínez mientras lee en voz alta su propia letra. Esa oralidad discurre bastante libremente sobre Una base que, tal como la piensa Gabis, es el verdadero protagonista sonoro del tema. La atmósfera rebosa de jazz. Es el blues más jazzeado que un rocker argentino haya podido crear. Con una gota más de blues, se habría ido al terreno de Pappo. Y con más jazz, habría dejado el blues para internarse en los standards. De este juego de proporciones estaba hecho Manal.

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Una versión de Avellaneda blues por Claudio Gabis y León Gieco del disco “Convocatoria” (1995)

Claudio Gabis: guitarras; León Gieco: voz; Ciro Fogliatta: piano; Horacio Fumero: contrabajo; Pedro Barceló: batería.

domingo, 17 de octubre de 2010

La cigarra en una… (8)

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Con el disco “Simone” de 1980 se cierra la etapa inicial en su carrera y la caja “O Canto da Cigarra nos Anos 70”. Es el capitulo final de la década de los 70. Con este disco se cierra también la etapa de Simone en la EMI ODEON, que son los registros rescatados en esta caja. Los discos de la siguiente década conocieron rápidamente el formato del CD y, mal que mal, estaban disponibles.


Todos sus discos han tenido una fuerte connotación con las etapas en que fueron concebidos. En este caso hay un mayor festejo y apertura, propio de la ápoca, antes que carga dramática, como era el caso de “Pedacos”, a pesar de que se trata, en buena medida, del mismo grupo de compositores.

Un clásico de éste disco es “Mar e Lua” de Chico Buarque, conocido por aquí algunos años después.
"Simone é uma grande estrela, pisa no palco com a força da história"
[Zélia Duncan, Correio Braziliense, 2008]

"Descobri Simone no ano passado e foi como conhecer Sarah Vaughan ou Dinah Washington. Ela tem uma identidade forte, canta com muita paixão e graça"
[Brad Mehldau, Folha de S. Paulo, 09/06/2006]

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Simone 1980

El disco nuevo y sus shows de fin de año son casi una unidad que se repetirá casi ritualmente todos los años. Lo que sigue es un escrito Flavio Rangel, productor del espectáculo de Simone 1980. 
APRESENTAÇÃO
Começar de Novo
Ás vésperas de uma estréia - que é quando estou escrevendo este artigo - parece que o coração vai sair pela boca. Há mil providências a serem tomadas. Inúmeros detalhes a serem verificados: e é nesse momento que a maior luta de um artista a busca incessante de perfeição atinge toda sua grandeza.

É uma sensação que apenas quem trabalha num palco pode detectar. Existe medo, angústia, tensão; mas existe também uma grande felicidade, pois a invenção, a disposição e a elocução passam a tomar sua forma definitiva.
Para falar a verdade, Simone e eu estamos um tantinho apavorados: nosso
show do ano passado foi muito generosamente recebido e agora chegou a vez de ir mais longe. Trabalhamos intensamente, desde a organização do roteiro, que fizemos com o concurso de toda a sensibilidade de Eduardo Souto Neto e agora estamos na hora da expectativa. Escrevo quando já passei a primeira noite em claro, cuidando da claridade do show. E logo depois de termos passado pela primeira vez o espetáculo na íntegra. Ela está maravilhosa; estamos mais amigos- estamos um ano mais experientes.

Não sei o que fiz de tão bom para que os deuses do teatro me dessem a chance de ter trabalhado com image música nestes últimos tempos; a música que espalhei por inúmeros espetáculos entre os cinqüenta e quatro que dirigi até hoje, vem agora me envolver completamente. E não posso imaginar o que devo ter feito de tão bom para os deuses da música que os fizessem ter Simone no meu caminho. Ela é uma personalidade fulgurante, de um talento rico e variado, de uma emoção que se espalha por toda a sua alma e todo o seu corpo. E tem a maior qualidade que vejo num artista: é uma trabalhadora infatigável. Tudo isso envolto por uma beleza deslumbrante. E por isso me esforço para dar-lhe um espetáculo de categoria; porque a quero muito, muito bem. E de Simone quero tudo, neste momento que vamos começar de novo. Quero suas garras, suas escoras, seu fascínio.

Neste espetáculo, tive a felicidade de trabalhar com ela num clima de muita paz e alegria-e nem poderia deixar de ser diferente, já que nos envolvemos no mundo maravilhoso desses notáveis compositores brasileiros, todos juntos ao lado daquele que foi nosso encanto e é nossa saudade: Vinicius de Morais.
Vocês verão que fizemos uma homenagem a ele e também a alguns outros coleguinhas, como diria Sérgio Porto: Ludwig Van Beethoven, Wolfgang Amadeus Mozart, Johann Sebastian Bach, Frederic Chopin, Heitor Villa Lobos. Para Peter Ilith Tchaikovsky demos uns compassinhos a mais, porque ele foi sempre muito injustiçado pela crítica.
E, como sempre, procurei unir a emoção a lógica.


Flávio Rangel, Programa Oficial do Show, 1980
Otro emblema del disco, “Novo tempo” (Ivan Lins/Vitor Martins) (con acordes de Penny Lane al inicio)

En 1980 Simone adopta definitivamente tres elementos que seguirán siendo marca de su imagen hasta el día de hoy, por una lado, la vestimenta blanca para sus presentaciones, la otra, el pañuelo de seda azul que invariablemente ata en el pié del micrófono y la estrella como punto en la “i” de Simone. Veamos un par de informes de noticias sobre las presentaciones en el Canecao (Río de Janeiro) a finales de 1980.

Un toque “hippie” del disco de ese año es la canción de Sueli Costa “Música, música” que es una celebración a la música y Simone quiso grabarla con la puertas abiertas de la Odeon de manera que la gente fuese el coro. Finalmente el coro fue una multitud de nombres célebres.
Entre revistas e  fumaça
Confidente do quarto das meninas
Entre calcinhas e sandálias
Música, Música
Farol na cerração dos grandes medos
A força que levanta os bailarinos
Elétrica guitarra entre os dedos
Aflitos e quentes dos meninos
Música, Música
Irmã, imã, irmã
Feroz como a ira do Irã
Ou mansa como o último carinho
Quando já chega a manhã
Música, Música

Simone turbinada

"Simone. Ela é uma cantora brasileira ... Eu jamais ouvi alguma coisa semelhante a sua voz. Jamais ... Ela tem uma voz cheia, grave, profunda e muito sexy. Ela é muito dramática. Quando eu a ouço, choro."
[DJ Dandy Jack, RA Resident Adivisor - Electronic Music Magazine, Inglaterra e Alemanhã, 16/04/2007]

Estos son unos comentarios tomados de facebook de Djs acerca de las versiones “turbinadas” de caminado, sobre las que comenté en la entrada anterior.
  • Fernando Luvizaro A esquerda dança
    "Pra não dizer que não falei de flores", de Geraldo Vandré, hino da esquerda brasileira, virou hype nas pistas da Europa. Uma gravação turbinada, em cima da feita por Simone, é atração da Rio Music Conference, em fevereiro, na Marina.
    [Jornal O Globo, Joaquim Ferreira do Santos, 14/01/2010]
    REBOOT "CAMINANDO" - DJ's Villalobos e Luciano
    Pra Não Dizer Que Não Falei de Flores (Geraldo Vandré)
    gravada por Simone em 1980 EMI-ODEON
    DOWNLOAD [mp3]
    http://www.4shared.com/file/204819457/467d81e8/Reboot_-_Caminando.html
    _______________________________________
    SIMONE pelo DJ Dandy Jack
    [livre tradução]
    Who is one person you’d like to collaborate with?
    Quem é uma pessoa com a qual você gostaria de trabalhar em conjunto?
    Simone. She’s a Brazilian singer who was great in the seventies. She was producing with Milton Nascimento. I have never heard anything like her voice. Ever.
    Simone. Ela é uma cantora brasileira que foi uma das grandes nos anos 70. Milton Nascimento foi um dos seus produtores. Eu jamais ouvi alguma coisa semelhante a sua voz. Jamais.
    What does she sound like?
    Com o que se parece o seu som?
    She sounds like a man. A very full voice, very deep and very sexy. She was producing bossa nova in the late sixties/early seventies. She’s very dramatic. When I listen to her, I start crying. And then she had an eighties period when she became very cheap. Pop cheap. I think she would be really a good combination with electronic music. She would be a killer.
    Ela tem uma voz masculina. Uma voz cheia, grave, profunda e muito sexy.Ela lançou bossa nova no final dos anos 60 e início dos anos setenta. Ela é muito dramática. Quando eu a ouço, eu começo a chorar. E depois ela teve uns anos 80 quando se tornou muito comum. Popularesca. Eu penso que ela seria uma boa combinação com a musica eletronica. Ela seria uma "matadora".
    Have you tried to contact her?
    Voce já tentou contatá-la?
    I tried, but she’s very famous, you know? It's like trying to contact somebody from Funkadelic or something. A big person. Maybe Simone is now sixty years old. She’s probably sitting quietly at home. And then there's this guy going [hustler voice] "Hey, you want to make techno? You want to sing on my track?"
    Eu tentei, mas ela é muito famosa, sabe?É como se voce tentasse contatar alguém como os Funkadelic ou algo parecido. Uma grande personalidade. Talvez Simone tenha atualmente 60 anos. Ela provavelmente estará sentada quietinha na sua casa. E então aparece este sujeito ( com uma voz enérgica) " Oi, você quer fazer música techno? Voce quer cantar na minha "trilha"?"
    Entrevista com o DJ Dandy Jack, site RA Resident Adivisor - Electronic Music Magazine, Inglaterra e Alemanhã, 16/04/2007
Bueno, final de todas estas entradas que me permitieron darme el gusto de recorrer los 11 primeros discos de Simone y sus aledaños de esos momentos. 

Aqui otro fragmento de un show de 1980. “SIMONE fala sobre a música 'Pai e Mãe'. TV Globo - GRANDES NOMES: SIMONE BITTENCOURT DE OLIVEIRA Gravado no Teatro Fênix, Rio de Janeiro - exibido em 7 de março de 1980. Musical gravado mensalmente no Teatro Fênix, no Rio de Janeiro, e transmitido na faixa de programação Sexta super nos anos 1980. A série 'Grandes Nomes' tinha um clima de espetáculo ao vivo, com presença de platéia. Os programas eram batizados com os nomes completos dos artistas.

O especial com Simone foi o primeiro da série Grandes Nomes. Dirigido por Daniel Filho, tendo como base o show 'Pedaços', este, dirigido por Flávio Rangel.
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miércoles, 13 de octubre de 2010

La cigarra en una… (7)

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Voy terminando con el recorrido por la caja “O Canto da Cigarra nos Anos 70”. Este es el décimo disco de Simone, se edita en 1980 pero es parte de los shows de presentación de “Pedaços” en 1979. Este disco lo tenía como Long Play en aquellos años de comienzos de los 80. No recuerdo si lo compre nacional o lo traje, o me lo trajeron, de Brasil. En ese momento muchos descubrimos musicalmente a Brasil, “plata dulce” mediante, accedimos a discos importados y algunas vacaciones a Brasil (en un viaje eterno en bondi sin aire acondicionado) y una vez allí, la panzada de discos.

Bueno, ahora pasé “Simone ao vivo” del vinilo al policarbonato del CD. El disco fue un suceso notable y los shows de “Pedaços” fueron multitudinarios.

“Seis años de carrera ya eran los suficientes como para que los mayores compositores de la MPB hicieran canciones a su imagen, que la sensualidad emanada de su figura imponente y sexualmente híbrida, inundase las fantasías de todos y para que ella también se sintiese lo suficientemente segura como para hacer su contribución en la apertura política y en la lucha por las elecciones directas, por medio de sus declaraciones y canciones. Fue esa Simone “superstar”  la que subió al escenario del Canecao el 12 de diciembre de 1979 (estrenando una temporada que seguiría hasta el último día del año). (Rodrigo Faour)

 Simone so Vivo (Primera parte: 1. Jura secreta 2. Començar de novo 3. Revelaçao)

El disco continúa con “Sob medida”, un bolero de Chico Buarque incluido en “Pedaços”. Ese tema sirve enmarcar un recorrido por varios otros boleros brasileños . Un estilo que Simone frecuentará mucho en los años posteriores hasta hoy.

Simone so Vivo (Segunda parte: 4.Sob medida; 5. Orgulho; 6.Vingança; 7.Matriz ou filial; 8.Que será?; 9.Volta; 10.Sob medida

“Ya asumido definitivamente el blanco –que llevaría de ahora en más en toda su carrera-, Simone iniciaba el show con un saco blanco estilizado que quitaba después y dejaba sus brazos descubiertos –ella surgía de un bello escenario azul salpicado de estrellas. Desarrollaba algunos éxitos propios, y hacía su lectura de éxitos recientes de Milton Nascimento  (la feminista “Maria María”), Elba Ramalho (su hit inicial, “No choro mais”) y Fagner (“Revelacao”, en una incisiva interpretación). Y también un módulo político. Recién presentadas por Ivan Lins, los sambas “Antes que seja tarde” y “Desesperar jamais”  ganaban ahora más fuerza en la interpretación de Simone, la segunda era muy conocida debido a su inclusión en la banda sonora de la novela “Agua viva”, de TV Globo. Recién llegada de Cuba, donde fue a participar del Festival Carifiesta, Simone volvió muy impresionada con lo que allí vio. En el especial “Mulher 80”, ella citaba a Fidel Castro como una “personalidad” y, en un momento del show, explicaba al público que recientemente había estado en “una isla del Caribe” en la que le había impresionado la ausencia de “hambre y rabia”. (Rodrigo Fauor)

Simone so Vivo (Tercera parte: 11-Antes que seja tarde; 12-Nao sonho mais; 13-Maria, Maria; 14-Cigarra)

Hacia el final del show, una cortina de espejos ocupaba el escenario por completo. Simone y el director del show colocaban 8 canciones que juntas hacían una reflexión sobre el país, con cierto optimismo, incluyendo “Desesperar jamais”, “Estao voltano as flores”, Aquarela do Brasil” y “To voltando”. En su inicio, “Caminhando”, un momento especial del show (y del disco) –con la cantora sola con su guitarra, al mejor estilo militante, aunque lejana del panfleto gratuito. Prohibida desde que el AI-5 (Acta Institucional 5) fuera instituida el 13 de diciembre de 1968, la canción estaba presa en la garganta de los brasileros desde hacía más de diez años. Era un momento de catarsis total. (Rodrigo Faour)

Simone so Vivo (Cuarta parte: 15. Pra no dizer que nao fale das flores (caminhando); 16. Estao voltando as flores; 17. Desesperar, jamais; 18. Aquarela do Brasil; 19. To voltando; 20. Comencar de novo (vinheta); 21. Jura Secreta (Instrumental)

 

Luego de establecida la AI-5, Geraldo Vandré, el autor de Caminhando,  fue obligado a exilarse.

Desde entonces esa canción había permanecido prohibida, hasta que Simone la registra en este disco. Puede verse al final de esta entrada el reportaje que le realiza la revista Humor en agosto de 1984, la nota comienza con esa referencia y a las amenazas que recibieron los productores y dueños de los teatros donde el show se presentaba.

1968 había sido un año muy agitado y la AI-5 tuvo un enorme impacto político y cultural. Es a los pocos meses cuando Gilberto Gil y Caetano Veloso deben partir al exilio. Este video hace un repaso del proceso vivido en esos años, la apertura que se vivía en 1979, año del disco, y los años posteriores. En el primer tramo se escucha a Geraldo Vandré cantando “caminhando”, su versión original.  

Como YouTube es maravilloso y acabo de encontrar en colores la versión de “Caminhando” de 1982, la vuelvo a poner aquí. Las referencias de este show aparecen en una entrada anterior.

Ya puse en otra entrada la versión de “caminhando” hecha en Argentina en 1984, ahora va otro tramo de ese show en Obras, estrenando la democracia en Argentina.

Show em Buenos Aires, Argentina - Estádio Obras Sanitarias 10, 11 e 12 de agosto de 1984
Exibido por ATC Canal 7 [atual TV Pública], Argentina
"Simone é uma coisa MUITO especial na minha vida, a ela devo minha entrada na música do Brasil, e também acho que foi uma mulher bonita como poucas ... Eu vi esse show que aconteceu em Buenos Aires, ... fila 6 ... estádio Obras Sanitarias, eu era uma criancinha mesmo ... Lembro que ela estava, como falamos aqui em espanhol ....... afónica ou disfonica, chovia muito em Buenos Aires, era Agosto de 1984 ..." [Enrique Yáñez, Buenos Aires, 18/02/2010]

La nota de Humor es de Septiembre de 1984, pocas semanas después del éxito de sus shows en Bs.As.

1984-RevistaHumor1

1984-RevistaHumor2

“Caminando” en Ibiza (?)

Vamos a las rarezas. ¿Que pasa hoy con “caminhando”? bueno, difícil de explicarlo, pero es un éxito en las fiestas electrónicas. Basta buscar por internet “caminando reboot” y se puede ver un poco. No me pidan que lo explique!.

 
Reboot - Caminando (Original Mix) by www RadioFLy ws
Asculta mai multe audio diverse


Reboot - Caminando
Asculta mai multe audio house

domingo, 10 de octubre de 2010

Un gran paso

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Ley de Glaciares

Un gran paso en el Congreso

Juan Carlos Villalonga

Director de Campañas de Greenpeace Argentina

La aprobación de la “Ley de Glaciares” ha sido un gran paso dado por el Congreso Nacional a pesar de la insistente y desproporcionada presión ejercida desde la corporación minera en contra de esta norma. Cuando decimos “corporación minera” hacemos referencia a la alianza que se conformó entre empresas mineras, cámaras empresarias y una gran cantidad de gobernadores y funcionarios públicos cuyo objetivo central fue procurar que Argentina no tuviera ley de glaciares.

Luego de una larga sesión que culminó a las 4:30 de la mañana del jueves 30 de septiembre, los senadores aprobaron con 35 votos a favor el proyecto de Ley, conocido como “Filmus–Bonasso” por sobre el proyecto original del Senado que obtuvo 33 votos.

El proyecto convertido en Ley fue apoyado por organizaciones ambientalistas y asambleas ciudadanas de todo el país, mientras que la versión original del Senado contaba con el respaldo de algunos gobernadores y de las cámaras mineras. Sin embargo, debemos señalar que los votos por la ratificación del texto del Senado fueron votos mentirosos, ya que su objetivo era que no hubiera ley. El apoyo al texto original del Senado fue la estrategia adoptada por quienes no quieren ninguna ley de glaciares, las declaraciones públicas de muchos de quienes militaron en esta posición así lo demostraron.

El proyecto aprobado asegura que todos los cuerpos glaciares y periglaciales serán protegidos básicamente de la actividad minera, con un apropiado régimen de prohibiciones, en el que quedaron exceptuadas, por ejemplo, las obras de infraestructura, las que obviamente deberán ser sometidas a las evaluaciones de impacto ambiental de rigor. Además, se desarrollará un imprescindible inventario y monitoreo de dichas áreas, las que constituyen vitales reservorios de agua y que están sufriendo su masivo deterioro debido al calentamiento global.

Las prohibiciones contenidas en la nueva ley son absolutamente racionales y oportunas teniendo en cuenta el nuevo riesgo que representa hoy el desarrollo de la minería en la alta montaña, a más de 4.000 metros de altura, la que comenzó a competir con la presencia de los glaciares. Resulta esencial establecer un criterio básico de ordenamiento territorial en esas zonas.

Sin embargo, aún quedan por delante varios obstáculos que la ley deberá sortear para que pueda tornarse verdaderamente operativa. Por un lado, el contraataque judicial, que ya han prometido varios gobernadores, procurando neutralizar o debilitar la norma, con la excusa de la defensa de un federalismo pésimamente entendido. Lo que subyace detrás de este tipo de planteos es la rebeldía que los gobernadores plantean frente a toda ley ambiental de “presupuesto mínimos” que el Congreso Nacional pretenda aprobar, facultad otorgada por la Constitución Nacional en su reforma de 1994.

Por otro lado, la calidad de la reglamentación de la norma y la provisión de los fondos para que puedan desarrollarse rápidamente los inventarios y éstos puedan sostenerse en el tiempo, son dos situaciones que deberán resolverse adecuadamente. Ambos factores dependen de la voluntad del Gobierno Nacional de no debilitar la ley y respetar íntegramente sus objetivos.

Aún así, los glaciares, debidamente monitoreados y neutralizado el riesgo de la actividad minera, no estarán exentos de su desaparición total en algunas décadas -como es el caso de los glaciares de Cuyo- debido al cambio climático. La Ley de Glaciares señala que el Gobierno Nacional deberá utilizar la información brindada por el inventario de glaciares para fortalecer su posición frente a las estrategias internacionales que se esfuerzan en negar el cambio climático. Este último aspecto es esencial y Argentina debe salir de una posición de total prescindencia e inacción frente al estancamiento en las negociaciones climáticas.

El Gobierno Nacional debe adoptar una política climática doméstica que coloque a las inversiones públicas en la dirección correcta, a la par de fomentar marcos regulatorios que hagan que el mercado se adecue al desafío climático. La Ley de Glaciares es una parte de todo eso.

Asimismo, debe dotar de recursos a la Ley de Bosques Nativos, desfinanciada desde su promulgación en 2007, uno de cuyos objetivos es evitar las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por la deforestación. Y redirigir las inmensas inversiones que hoy se destinan a los combustibles fósiles hacia el postergado, por más de diez años, desarrollo de la energía eólica. El impulso a la generación eléctrica mediante usinas de carbón es una de las irracionalidades más notorias.

La permanencia de los glaciares, reservas vitales de agua dulce, ha recibido una protección sumamente importante con la ley de glaciares. Aún así, no es suficiente. El cambio climático es su peor amenaza y para neutralizarla se requieren políticas de desarrollo local, nacional y global que atiendan correctamente ese desafío. La reducción de los glaciares es un registro visible de la inacción generalizada.

viernes, 8 de octubre de 2010

Combate

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Podría decir que desde el retorno de la democracia en 1983 para acá, siempre el sistema de comunicación oficial ha sido un “aparato” de propaganda. Con sus mejores y peores momentos. Desde siempre Radio Nacional, ATC/Canal 7, TELAM, etc, han actuado como brazos de propaganda del gobierno de turno. No cuento aquí los años bajo el régimen militar porque tal período no califica como punto de comparación con nada.

Los medios estatales han sido siempre medios en donde se resaltan los logros del gobierno, se silencian las críticas y donde tienen lugar preferencial los amigos de turno, y así ha sido siempre. También es cierto que en esos medios siempre han existido esos espacios únicos y especiales que sólo pueden subsistir y refugiarse en medios no comerciales. Siempre han existido esas loables excepciones, ayer y hoy.

Lo que veo con asombro en estos últimos años es un fenómeno nuevo, por lo menos, con la actual intensidad. Algunos medios oficiales, más que canales de “buenas noticias” gubernamentales, se han convertido en aparatos de operaciones, patrulla ideológica y campos de combate feroz contra periodistas, políticos y argumentos “opositores”. Esto no recuerdo haberlo visto antes, al menos, a este nivel.

Hay una tendencia en diversos espacios “oficialistas” a dedicarse a calificar, decodificar y radiografiar a sus colegas periodistas y a toda persona que opine en los medios, cualquiera sea su relevancia. Insisto, no recuerdo experiencia similar. Es cierto que desde hace algunos años han proliferado en todos los canales esos programas de TV que se alimentan de la TV, en una permanente auto-referencia. Bueno, eso ha alcanzado ahora a los temas políticos.

Hay un exceso de análisis de medios, revisión de trayectorias de periodistas y pases de facturas que inhibe la discusión de los temas. Aquí debo confesar un pecado de inocencia, yo NO creo que EL tema sea Clarín. Lo siento. Voy entregando números para los que quieran ponerme adjetivos.

Se nos ha instalado en los medios (en todos) una dinámica de combate de medios, combate de periodistas, combate de gente que opina sobre periodistas, combate de medios sobre lo que opinan los periodistas, y sigue así hasta el infinito. Puede resultar fascinante, pero un ratito.

El aspecto más complicado en ese “combate” es la manipulación de la información. He visto de cerca cómo algunos testimonios periodísticos se recortan para que su significado cambie y por ende, pueda ser utilizado convenientemente. Ya no se trata de “propaganda”, ni de resaltar la buena noticia, ni ocultar la mala, ni priorizar ciertos títulos por sobre otros, se trata de manipulación, de operación informativa.

Una reacción reciente de Jorge Lanata sobre algunas de estas cosas.

martes, 5 de octubre de 2010

La cigarra en… (6)

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La explosión. El disco que viene es la explosión.

“Pedaços”, puso a Simone en el lugar más alto de su popularidad. Aquí sigo la revisión de “O Canto da Cigarra nos Anos 70”. Para compartrir algunas líneas en relación al disco voy a utilizar fragmentos de los textos de presentación escritos por Rodrigo Faour.

Pedaços (1979) 

Considerado por muchos el mejor disco en la carrera de Simone, “Pedaços” es de hecho un álbum histórico de la MPB. Por varios motivos. En primer lugar, el repertorio era casi todo inédito y de primerísima línea. Canciones libertarias, la mayoría de cuño político o feminista. Contundente, aunque sin caer en el panfleto.. El productor Renato Correa, los arregladores Gilson Peranzzetta y Nelson Ayres y la propia  cantante, estaban en un momento iluminado.

Como si no bastase, 1979 fue un año muy especial para Brasil. Vivíamos la euforia de la apertura política “lenta y gradual” propuesta por el general Figueiredo, la que trajo de vuelta al país a los exiliados políticos. Esta euforia coronaba un momento en que algunos de los mejores músicos, compositores y letristas brasileños estaban en pleno auge creativo. además de componer maravillas para sus propios discos, eran capaces de presentar para nuestras más grandes interpretes –principalmente las cantoras- con un mar de perlas, que se instalaban inmediatamente como clásicos de la MPB.

Y no se detenía allí. La onda de libertad sexual y de revolución feminista que comenzó en los años 60 en el mundo, llegó a Brasil un poco atrasada, y daba señales evidentes de cambios de época. También es ese momento, especialmente para las mujeres, entraba e escena el director Daniel Filho, quien creó la serie “Malu Mulher” en la TV Globo, osando tocar temas tabú en horario de las diez de la noche. Conforme lo explico en mi libro “Historia sexual de la MPB”, este programa hablaba de la mujer que tomaba la iniciativa de la separación, del aborto, de la homosexualidad, de la convivencia con los hijos después de la separación, además de la image famosa escena en que por primera vez un orgasmo femenino fue representado en la TV brasileña de la mano del personaje de Regina Duarte. Donde Simone entra en esta historia? simple, el tema de apertura de esa serie era justamente la emblemática “Començar de novo” en su voz.

La canción no era solamente una metáfora de la dictadura, era un himno a la liberación femenina, después de años de opresión masculina –inclusive por parte de las leyes. La ley de divorcio había sido sancionada en 1977. Ahora era posible “Començar de novo” incluso al amparo de las ley.

Para algunas referencias del tema “Començar de novo” se puede ver esta entrada. Si bien allí está el tema, pongo ahora la versión remasterizada de la caja. Este es el único disco de los ‘70 que tenía previamente en CD, el sonido en esta edición está muy mejorado.

sigo con algunas citas de Rodrigo Faour:image

Sus amigos Milton Nascimento y Fernando Brandt le dieron dos canciones inéditas: “Itamarandiba” y “Povo de raça Brasil” –ambas con mensajes políticos cifrados. Todavía más politizada y cortante era “Cordilhera”, que fue por mucho tiempo censurada a causa de versos como “Eu quero ser a coracao dos comendantes/Condenando os seus soldados pela orgia dos farsantes” o “Obrigando os nossos mocos ao poder dos nossos velhos”.

Codilhera” fue uno de los temas que más me impactaron de este disco en su momento, pertenece a Sueli Costa, una de las autoras fetiche de Simone en esa época.

El disco es un poco increíble porque combina todos los elementos de un tiempo de apertura y esperanza -de hecho es un ícono de esa etapa-, mezclado con temas no tradicionales y dramáticos como es el caso de “Pedaco de mim”, de Chico Buarque, del cual toma su nombre el disco, de un dolor que parece ser producto del arrepentimiento de un aborto.

“Casi trés décadas después, el disco aparece cada año mejor. Un item de la discoteca básica de la MPB”   Rodrigo Faour, Noviembre 2008

La presentación en vivo de “Pedacos” fue un acontecimiento a finales de 1979 y durante 1980. La presentación de ese show en diciembre de 1979 en Rio de Janeiro se editó en disco en 1980 y es otro disco impresionante, casi imposible de disociar de éste.

Aquí un fragmento de programa de TV basado en el libro de Rodrigo Faour “Historia sexual da MPB” del día 24/02/2010.

 

Aqui dos temas del disco que pertenecen a Chico Buarque, en vivo, tomados del ciclo de TV Globo -“GRANDES NOMES: SIMONE BITTENCOURT DE OLIVEIRA”, grabado en el Teatro Fênix, Rio de Janeiro . Se emitió el  7 de marzo de 1980.
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