lunes, 9 de noviembre de 2009

Adiós a las armas (III)

Alguna vez dije que este blog se alimentaba de las “sincronicidades”, al menos de aquellas a las que uno pone atención. Hoy compré el diario Perfil y encontré una nota destacando el ejemplo regional y mundial de un país que le dijo adiós a las armas, Costa Rica. Si, ya sé, muchos no toman muy en serio a Costa Rica. Es un país pequeño, con pocas posibilidades, aún así, políticamente tanto o más visible a nivel internacional que Argentina. Esto lo digo por los cínicos que siempre escuché opinar con desprecio hacia Costa Rica por ser un país “bananero” y “aliado” a los Estados Unidos. Deberíamos mirar un poco lo que sucede a sus alrededores. Costa Rica ha sido refugio de todas las calamidades políticas que han sucedido y suceden en la región. Su política exterior no ha sido de la mejor, es cierto. No podría decir que ha sido peor que la nuestra. No es la ausencia o presencia de un ejército lo que define eso.

Costa Rica califica, igual que Argentina, entre los país que poseen un Índice de Desarrollo Humano (IDH) alto. Argentina está en la posición 38 y Costa Rica en la 48, Brasil aparece en la posición 70 cerrando el lote de los países con un IDH “alto”. (PNUD, 2005).

Mientras la región está gastando en armas de un modo descomunal en estos últimos años, Costa Rica apuesta para su defensa en la protección de los organismos internacionales de negociación. A los tumbos, como todos, pero es un pequeño ejemplo a tener en cuenta.

Cali.

internacionales – diario Perfil 8/11/2009

un ejemplo regional

Costa Rica cumplió 60 años sin utilizar Fuerzas Armadas

Por Leandro Dario

Mientras ayer se cumplían 60 años de la Constitución costarricense de 1949 que consagró la proscripción de las Fuerzas Armadas en ese país y lo transformó en un caso testigo en todo el mundo, el presidente Oscar Arias lanzaba una campaña mundial para el desarme y la seguridad compartida. “Hoy estamos aquí clamando por un mundo más pacífico, pidiéndole silencio a las armas, debemos recordar que el cambio empieza en nosotros mismos”, dijo Arias en un acto en San José ante decenas de jóvenes de todo el mundo.

Luego de una Guerra Civil que enfrentó a la dirigencia de Costa Rica, fueron las propias autoridades de ese país las que decidieron prescindir de los militares para mantener la seguridad exterior. Así, la Junta Revolucionaria que tomó el poder en 1948 propuso disolver las tres armas y destinar el presupuesto militar a las áreas de educación y salud.

Arias, Premio Nobel de la Paz en 1987, no sólo continuó con el desarme como política de Estado, sino que también afianzó el rol de Costa Rica como garante de la paz en la región al mediar en el conflicto hondureño. “Renunciamos a las capacidades ofensivas –defensivas en términos militares–. Los conflictos los resolvemos mediante la vía civil y a través del diálogo”, dijo Álvaro Ramos, asesor de seguridad de Arias.

Costa Rica consta actualmente de fuerzas policiales que se encargan de la seguridad interior, constituidas por 12.500 hombres armados con escopetas, revólveres y ametralladoras, pero no dispone de transportes o armas militares destinadas a la seguridad exterior. “Los ejércitos no sirven para nada, las Fuerzas Armadas no son vitales para un país –completó Ramos–. Vivimos en una zona muy conflictiva sin tener militares. Creemos en el derecho internacional para solucionar los conflictos nacionales”.

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