domingo, 29 de junio de 2008

Un Mañana - Luis Alberto Spinetta


Página/12
Domingo, 29 de Junio de 2008

ENTREVISTA EXCLUSIVA A LUIS ALBERTO SPINETTA

“Habría que aflojar con el inventario y sumar inventiva”

El músico acaba de publicar Un mañana, su 22º disco solista, donde participan sus hijos y su padre. El Flaco habla también de la tragedia del colegio Ecos y del personaje Luis Almirante Brown, creado por Capusotto en su honor.



Por Cristian Vitale

Concebido en el entrañable e “intimísimo” universo de La Diosa Salvaje, acaba de nacer el 22º disco solista de Luis Alberto Spinetta. El CD incluye doce canciones cuyos secretos –típico en él– hay que descubrir de a poco. Con la paciencia de quien no espera más que belleza en los sonidos y en las palabras. Se llama Un mañana. “Tiene lo impredecible del futuro, más una dosis de certeza inherente a un momento preciso del futuro”, dice él –58 años, más de 400 canciones– en la entrevista exclusiva con PáginaI12. Su premisa, única exigencia para la “prensa” del disco, fue escribir las respuestas. Entonces no hay gestos, descripciones de ambiente ni metamensajes de otro tipo. Es sólo el hombre y su verbo escrito que conjuga, siempre, en presente y futuro. “Si dijera el mañana, sería una fanfarronada... pero uno intenta ver en el futuro y siempre hay un hilo de esperanza que une nuestra fuerza hacia adelante con el sentimiento de un cambio que se necesita inexorablemente, para que la vida sea mejor”, sigue.

Sostenido en la misma banda de hace cuatro años (Claudio Cardone en teclados, Nerina Nicotra en bajo y Sergio Verdinelli en batería), y un “plus” doméstico entre padre, hijos y abuelo, Un mañana engloba una estética pareja, atada a la zaga Para los árboles-Camalotus-Pan, canciones pulidas, trabajadas, riquísimas en matices, tonos y melodías, siempre con un norte preciso: el devenir. Aclimata Luis: “En primer lugar, Cardone es quien merece la mirada. El ha sido el orquestador del disco, y además es el compositor de los preludios en ‘Canción de amor para Olga’. Ha sido fuerte y dulce, según la necesidad. Es el alma del trabajo. Se escribió todo”.

–¿Y el resto?

–Demostró una vez más su talento, haciendo viajes instantáneos hacia los diferentes motivos muy dúctilmente, y manteniendo a la banda en el aire como en “Vuelo al fin”, o mismo en “La mendiga”. En cuanto a Nerina, ella pacientemente elaboró bases ideales, comprendiendo los arreglos desde la base de los acordes y aportando una sonoridad sentida, profunda. Es una capa. Además, participan mis genios predilectos, Dante y Valentino. Dante se encargó de instalaciones de “pluguines” muy importantes para la mezcla digital, y Valen colaboró con unos arreglos de teclados preciosos en “No quiere decir”. Nunca hicimos algo tan juntos en cuanto a producción musical. Es un anticipo de lo que podríamos realizar si quisiéramos hacer algo grosso entre los tres. Valentino es una usina de música. Es muy reflexivo y tan autoexigente que finalmente logra en su música una fuerza descomunal. En su rap se nota esa energía lírica que lo caracteriza. Luz más luz.

–También suman Sartén Asaressi, el uruguayo Nicolás Ibarburu y Baltasar Comotto. ¿Qué pretendió lograr de cada guitarra?

–Aparecen para alternar la banda con otros sonidos y conceptos que a la vez no se apartan de la guitarra de base. Fue como guante y mano. Sartén sinfónico, Ibarburu visceral, Comotto místico. Podríamos estar hablando de una invitación a otras violas estelares como Ricardito Mollo, a quien adoro, o a Botafogo, o bien a Jaime Torres con su charango cósmico, o a Luis Salinas, el manantial de guitarra, o mismo a El Dante, quien es mi guitarra del cielo y así a tantos, pero quedará para el futuro.

–¿Cómo se podría imaginar de afuera el trabajo en La Diosa Salvaje? Aparenta cálido, artesanal, de mucho color y calor humano, y eso parece trasladarse directo a sus discos...

–No hay nada comparable a grabar canciones con las herramientas que conocés, en el mismo lugar donde soñás, con sólo la gente que te quiere... no es ninguna novedad, y funciona siempre por ese sentido hogareño, digamos.

–“Mi elemento” es, en y por principio, el tema que surge como más entrador en primera instancia. ¿Qué se le ocurre contar de él?

–Es una canción espontánea cuya letra se veía venir desde lejos, como si uno ya la hubiese hecho. Y habla de estar creando en compañía de una Musa Inspiradora que, como tal, te arrastra a belleza, a sueño, a luz, a locura, te expone a la muerte, y en definitiva es la vida misma... es nuestro elemento.

–La tapa del disco parece anticipar mucho de lo que viene dentro. Reproduce una especie de “Quijote en harapos” en el peldaño más alto de una escalera. Pero ¿qué significa, puntualmente?

–Quizás es sólo un hombre dramático dirigiéndose a lo insondable, con sus manos de cabeza de perro con ojos que le permiten ver y seguir una senda. Podría decir que es una especie de “ser atribulado”. Alguien me dijo que se parece a Mescalito, un personaje de las Enseñanzas de Don Juan de Carlos Castaneda. Pero en verdad se parece a cada uno nosotros, sobre todo cuando uno se despierta con el pelo revuelto. El diseño es de Alejandro Ros, y es otra idea genial nacida exclusivamente de él.

–La forma –un paralelogramo– recuerda a la primera edición en vinilo de Artaud, incómoda para encajar en bateas o en discotecas caseras. ¿Tiene algún objeto similar?

–Cuando Alejandro me presentó la idea, yo reaccioné como dudando, pensando en que otra vez iba a perjudicar los embalajes, el acomodamiento en las bateas, el ensamble manual, como sucedió con el diseño de Artaud pero no. Ros pensó en todo.

–Las tres partes de “Canción para Olga” remiten a una forma de distribuir segmentos típica de los setenta. Aparece como algo floydiano o de bandas sinfónicas ¿Qué demandó la canción para ser diseccionada así?

–La canción suena en mi cabeza desde hace unos dos años. Ahora puedo incorporar a los temas casi toda la línea que compuso Cardone en los interludios, porque recién al tenerlo grabado me puedo atrever a verlo en su totalidad, y tararear lo que no es letra. Olga se transforma en muchas más partes. No es tan trágico como “El hundimiento del Hesperus” de Procol Harum, pero intenta recuperar algo de esas densidades, si vale hacer referencias. Olga tiene algo de tango, algo suburbano.

–Un duende que cura (“Canción para Olga”), otro que, transformado, quiere conocer todas las ciudades desde arriba y no ve a nadie (“Preso ventanilla”), es recurrente la apelación a los duendes en sus textos. ¿En nombre de qué los invoca?

–En el caso de “Preso ventanilla”, es como una idea del ánima errante. Se recrea en cada cosa, busca su salida hacia acá y hacia el mundo desconocido, sin configurarse en alguien o en algo. Finalmente se resume en una flor para surgir en “llamaradas” bienechoras. No tengo duendes, ¡pero tengo cinco nietos!

–El texto de “Hombre de luz” le pertenece a Luis Santiago, su padre. El ya había hecho un aporte en “Encadenado al ánima” (Durazno Sangrando, Invisible, 1975). Y ahora reaparece su pluma con algo tal vez menos críptico: “Hombre de luz que vuelas al espacio / señálame la ruta al sol”.

–Su línea en “Encadenado al ánima” era “la noche llega y tal vez mañana no exista el tiempo con sombras... sacude sus plumas la avaricia, salpicando el pasto inmolado”, genial. Es un poeta. En el caso de “Hombre de luz”, la instrumentación de teclados eleva las cosas como para crear el espacio. Cuando se va esa especie de metrónomo de guitarra, es que ya se elevó, se alejó de nuestras lógicas y mensuras, intenta situarse hacia bien bien lejos...

–Hay una frase de “La Mendiga”, tema apertura, que impacta como señal de algo fuerte: ¿quién es quien luce harapos aunque tiene su guita?

–Creo que hay gente muy pirada que aunque cobre una jubilación sale a enfrentar el vértigo de la cruel ciudad mendigando, simplemente perdiéndose, hablando sola, cantando ragas demenciales... acá y en cualquier urbe. Ella grita y no grita. No es sólo abandonismo, también es reflexión, entendimiento ante la enfermedad, la discapacidad, los ancianos, uno mismo.

–“Recuerda que la luna es sólo un cuerpo entre tus lágrimas y el vacío sideral” (“Vacío sideral”) impacta. ¿A qué alude?

–Es fácil caer en los lugares en los que uno depositó algo. Hay que crear un anti Edipo de la repetición. Más vale que fluya sin más, porque uno no puede historizar en su propio repertorio. Las canciones deben ser sin importar qué repitan. Ya lo dijo Harrison, “es sólo una canción del Norte”.

–El aura que subyace en sus últimos discos es en general calma. ¿Hay ganas de hacer uno más furioso o visceral como fue aquel descomunal doble de los Socios del Desierto o San Cristóforo?

–Cuando hice últimamente rock medio pesuti, me pareció muy propicio el momento, y justamente, igual que ahora, nunca se aflojó la lírica. Algunas voces se alzaron reclamando acústicos, o sea que siempre me preguntan la misma cosa. Los tonos, los riffs, son elementos comunes en nuestro estilo. Si no entendemos cómo pasar de la balada al ritmo denso, no nos vamos a atrever y nos quedamos en alguno de los extremos. Ya sea fuerte o no, todo es música, así que... hay que aflojar con el inventario y sumar inventiva.

Para conducir a conciencia

El 8 de octubre de 2006, un grupo de estudiantes del Colegio Ecos volvía de Chaco tras un viaje cuyo leitmotiv era la solidaridad con pares de una escuela de esa provincia. Pero un tremendo accidente a la altura de Santa Fe trocó alegría en llanto. El micro chocó con un camión conducido por un chofer alcoholizado y murieron nueve pibes. Iban al mismo colegio que Vera, hija menor de Spinetta, y desde ese momento el Flaco se transformó en uno de los portavoces principales de la campaña Conduciendo a Conciencia, que reclama una Ley Nacional de Educación Vial. Uno de los ejes “espirituales” de Un mañana es, precisamente, la militancia por la causa... “el sin descanso se hace luz en la ausencia del otro. Y somos cosa frágil ante el universo”, escribe Luis en el texto que acompaña la edición. Y agrega para PáginaI12: “Los familiares de la tragedia de Santa Fe han creado Conduciendo a Conciencia, a fuerza de dolor y fe. Cada vida que se salve a través de esta campaña u otras, es clave. No manejar si se toma alcohol, respetar las velocidades máximas, usar cinturón, llevar a los niños atrás y con cinto, usar casco en moto, no hablar por celular mientras se maneja, cumplir las normas y exigir que se cumplan. Son medidas muy importantes para tener en cuenta. No podemos subestimar tantas muertes innecesarias. Tenemos que aprender a conducirnos en todo”.



Sobre ironías y metáforas

¿Cómo toma la parodia de Luis Almirante Brown y su Artaud para millones, que recrea Capusotto en su programa?

–Capusotto es genial, me muero con sus programas desde un comienzo. En Luis Almirante Brown es muy respetuoso. El personaje no se parece en nada a mí, y sólo utiliza la metáfora, a veces grotescamente desmedida, para referirse a mí. Me muero de risa. A veces, sus temas arrancan muy bien, haciendo alarde de convicciones spinétticas y tonos con vuelo, pero después mira de costado por encima de los lentes y se pudre todo... en casa morimos. Por suerte, yo no caigo en sus lapsus comerciales ¡por ahora!

–Una vez, en un festival que se hizo en Catamarca para apoyar la causa de unos campesinos a quienes les querían quitar las tierras, dijo: “Me cago en el rock”. ¿En qué, específicamente?

–Dije eso porque hay que dejar la actitud rockerita inoperante y salir a ver las cosas con claridad para cambiar lo que está mal... si no puedo ni cambiar de tono, ¿cómo voy a poder cambiar lo que afecta la vida de mis semejantes y mi propia vida?

–Alguna vez dijo, también, que le está contestando, con más música y lírica, a un rock que escucha y le parece malo...

–Detesto la música y la letra que sobreentiende que uno es chato de pensamiento y de alma, ¿cómo combatir esa dejadez?, bien: leyendo, escuchando, escribiendo cada vez mejor, redoblando el poder lírico del que uno dispone.


domingo, 22 de junio de 2008

Acuarela 2 - Junio 1981

Vamos al segundo número de Acuarela, aparecido hace un invierno de hace ya 27 años (me parece que siempre era invierno en esa época!).



Ese 30 de marzo de 1981 “la Argentina” se estremeció por el atentado que sufriera el entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan. Recuerdo perfectamente cómo la televisión argentina repetía hasta el hartazgo esas imágenes. El país estaba alborotado, Reagan, el “queridísimo” Reagan, el que había reemplazado al molesto de Carter, casi se nos muere. Bueno, ese es el clima del comienzo de la producción del número 2 de Acuarela.



Ya gobernaba desde finales de marzo el general Roberto Viola. Martínez de Hoz es reemplazado por Lorenzo Sigaut en economía y el Proceso comienza a mostrar fisuras. Cierta política de “apertura” tiene como resultado la designación de algunos civiles en el gobierno y en algunas intervenciones municipales. Directa consecuencia de eso es el caso de Rosario, Alberto Natale (Partido Demócrata Progresista) asumía en abril de ese año reemplazando al marino Augusto Félix Cristiani.



El Proceso ya había abrochado con los alemanes un estúpido contrato para construir Atucha II. Una madrugada en “Saudades”, café que era el reducto nocturno, comentamos qué carajo era eso de la “peste rosa” y cómo que era eso de que una enfermedad sólo le agarraba a los homosexuales. De Polonia venían las noticias del sindicato “Solidaridad” y las películas de Wajda mientras la inflación galopante se comía nuestras reservas para el próximo número, pero ya estábamos en un baile imparable.



Vamos al número 2:



Tapa: manteniendo la onda del número previo, esta vez el dibujo pertenece a Susana Mattanó. Me gusta más que la anterior. Es una gran alegría para mí cuando busco en Internet y veo que Susana ha seguido teniendo una trayectoria en las artes plásticas y la fotografía.



Editorial / Simiente: En este ya nos animamos a escribir un poco más y dejar escapar nuestras pretensiones, “no por ‘subterráneos’ debemos ocultarnos en las tinieblas”. Como su titulo indica, queríamos explotar para algún lado.



Sensaciones: Una poesía de Claudio Joison. Claudio se integra al grupo desde este número y es una de las adquisiciones esenciales para nuestra fugaz pero intensa historia. Claudio luego tendrá una trayectoria muy reconocida en Rosario, gran productor artístico y de múltiples proyectos. Buena parte de los grandes eventos artísticos en Rosario de las últimas décadas tuvieron a Claudio como protagonista detrás de escena.



Cada Peldaño de la Vida (última parte): la continuación de la nota que había iniciado en el número anterior sobre la obra de Hermann Hesse. En este caso estaba ilustrado por acuarelas del propio Hesse (el nombre de la revista tiene una conexión secreta con estos trabajos). Reproduzco algunas aquí en un soporte más digno que una rústica fotoduplicadora blanco y negro. También hay un dibujo lisérgico mío, en fin. Termina con cita del libro Demian:

“Mi historia no es agradable, no es suave y armónica como las historias inventadas; sabe a insensatez y a confusión, a locura y a ensueño, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse a sí mismos” (Demian)

Ecología 1: Si, como si fuese una lección! Y comienza con “Qué es la ecología?”, así nos metíamos en un terreno del que descubrí que allí estaba la verdadera clave del futuro de la humanidad. Esta nota es la primera contribución de Lelio Acetti, un obsesionado por la medicina, por Pink Floyd, por José Ingenieros y los males de este mundo. Hoy, quizás por todo eso, es psiquiatra. Otra incorporación importante, además, no venía de Ingeniería!.



Cuento: un cuento de Daniel García, nuestro artista de tapa original del que publicamos un cuento del año 1975 con ilustración del propio Daniel.



Reportaje – Roberto Fontanarrosa: Otra nota importante y central de este número. Extenso reportaje al “Negro” Fontanarrosa cuyo tipografía se destaca del resto porque esta nota fue escrita con una “composer”, una máquina de escribir eléctrica que mágicamente escupía los textos ajustados a los márgenes prefijados, mágia!. La nota es muy buena, y todavía no era el lugar común que luego fueron las repetidas notas a Fontanarrosa dadas por su popularidad y su accesibilidad. Quiero rescatar un tramo que se vincula con lo que cité del reportaje a Baglietto acerca de la censura.



A. ¿Tenés o tuviste problemas con la censura?

Problemas no, censura sí. Uno ya sabe qué se puede publicar y qué no Yo no voy a hacer un chiste sobre las fuerzas de seguridad, la iglesia, la religión. Por ahí uno manda un chiste sobre economía… a veces rebotan por política, otras por compromisos del diario, incluso comerciales, una vez mandé un chiste sobre Reutemann y como él escribe ahí, no va. Un chiste sobre Reagan rebotó. Pero en general son pocos. Sobre sexo se va notando un cambio, hace unos años era prohibido.

A. Se pusieron de moda los chistes de economía, no?

Si, aparte estaba todo instrumentado para que Martínez de Hoz fuera el hombre malo del gobierno. Aparte Clarín estaba enfrentado ideológicamente por ser del desarrollismo.

A. Entonces por lo que vos decís, la censura no es oficial.

Al principio del gobierno militar sí era oficial. Al grupo de Humor lo controlaban. Ahora ha aflojado mucho, pero ahora ya los mismos editores saben lo que es conveniente o no. Pero hay temas que son difíciles de medir. Una de las fortalezas de la censura es que es medio una nebulosa, no hay una línea clara que divida lo que se puede y lo que no, sino que hay una masa gris que hace que vos frenes antes. Todo lo referido a la institución familiar en muy difuso, vos no sabes si hacer un chiste de un tipo que sale con una loca porque afecta a la cosa familiar, o los “triángulos amorosos”, etc.

Dibujo original luego de haber pasado unos añitos colgado en una biblioteca



“Quisera encontrarte…”: poesía de Rodolfo Piska de quien no recuerdo detalles.



Ciencia y Filosofía: Nota cuya autoría no recuerdo, pero que reflejaba los intereses que teníamos muchos de los que hacíamos Acuarela. Muchos proveníamos de Ingeniería o Física y comenzábamos a descubrir, o intuir, las “razones” y “sinrazones” de cierta ciencia y cierta tecnología. También la subordinación de la ciencia al estado y su trasformación en instrumento de dominación y opresión.



Musicales… de los avatares de la crítica: nota con la reseña de un pequeño “megaconcierto” del 7 de mayo en la sala Lavarden donde estuvieron Baglietto, Goldin, Páez, Silvina Garré, Walter Nebreda, Acalanto, P-700 y otros. Un recorrido por lo que sería parte de la “trova”, la movida de jazz-rock local y la música de proyección folk latinoamericana. Claudio Joison se convertía así en nuestro especialista en seguir shows locales. Recuerdo en una noche de esas donde Claudio me insistía que Fito estaba para ligas mayores, yo no estaba convencido, y sostenía que su extrema asimilación con la figura de Charly lo reduciría a un plano menor. En fin, por algo Claudio hizo luego una trayectoria extraordinaria como productor musical.



Cartelera: incluía una nutrida agenda local, que muestra la ebullición por esos días de la escena musical rosarina. También se anuncia la llegada de Spinetta Jade (con su reciente disco debut “Alma de Diamante”) y de Litto Nebbia (recién vuelto al país de su exilio en México), éste último aún sin fecha. Además se recomienda un programa histórico, “Pop & Jazz”, por Radio Nacional, los Domingos a las 15:00 hs. conducido por Oscar “Chiquito” Gómez y Carlos Nunciato. Más adelante, algunos de Acuarela fuimos invitados a hacer algunos programas especiales en ese ciclo. Un honor.



Propuestas: Las revistas reseñadas son “El Superochista”, “Smog”, “Invisible” de Santa Fe, “Efe de equis” (ésta es de la facultad de ingeniería que comenzaba a desperezarse), “El maldito Chocho” originada por el grupo Cucaño, grupo de intervención artística surrealista, una máquina totalmente loca. También “Rocksario”. Aparecía “Risario”, algo así como la revista Humor, y finalmente “Nexo” de Córdoba. Claramente comenzaba a explotar las publicaciones de las distintas tribus que emergían por ese entonces en Rosario.



Recuerda… cuando venga el porvenir: poema de Rubén Vedovaldi, por supuesto, ésta también va completa. Antonio Sanchez le había puesto música y era la que siempre le pedíamos.

Recuerda… cuando venga el Porvenir



Recuerda… cuando venga el Porvenir

dale muchos recuerdos de mi parte

Dile que lo soñé dile que anduve

hablandote de él desde la infancia.

Dile que fuimos juntos a buscarlo

por tréboles de cuatro y trece hojas

en campos de primavera verde y mariposas blancas

en cientos de cometas y aeroplanos.



Recuerda… cuando venga el Porvenir

extiéndele tu mano como a un dios

Dile que eramos muchos sin cansancio

recogiendo cerezas en la luna para alimentarlo.

Dile que eramos muchos y teníamos

LOS CABELLOS MAS SUELTOS DE LA HISTORIA

Las cajitas de música más mágicas.

Las paredes más locas en los cuartos

LOS CUARTOS MAS ABIERTOS AL AMIGO

el delirio más largo en los caminos

los caminos más hondos en el día

los días más intensos en el alma

Y UNA ESPERANZA ENORME DE SER PUROS

completamente puros al tocarlo…



Recuerda… cuando venga el Porvenir

dile que no hemos desaparecido

dile que no hemos sido hallados muertos

con la cabeza rota de artificios

el corazón hinchado de venenos

y la canción ultrajado por otros.

Dile que sólo estamos un poco demorados

no muy lejos de aquí seguramente

pero que, desde siempre y sin duda alguna

hemos salido todos a buscarlo.



Recuerda…

cuando venga el Porvenir



Ruben Vedovaldi



El equipo que hizo posible el número 2 de Acuarela fueron, según consta en la contratapa: Juan C. Villalonga, Ricardo Tarditti, Benito M. Vicioso, Guillermo Solé, Héctor Escobar, Antonio Sanchez, Lelio Acetti, Claudio Joison, Susana Mattanó, Daniel García.



En la foto Benito y Guillermo por esos días. En la otra yo, multiplicando el pan.



martes, 17 de junio de 2008

Cosas que algunos tienen que decir


Como vamos a jugar en serio, voy a cumplir. Por un lado voy a reciclar a su debido momento y oportunidad el contenido de la versión previa de este blog. Por un lado, como muestra de vigencia de las cosas y de… coherencia? Veamos, esto pone de manifiesto que he publicado cosas del señor J.P.Feinmann, por un lado, a pesar de mi distanciamiento por su seguidismo oficialista. Por otro lado, quiero con esta nota, tímidamente introducir una reflexión, que prometo será extensa, acerca del mundial 1978. Este artículo de Feinmann es un homenaje al dibujante Rep y a esos momentos en que alguien tiene que pegar un puñetazo en la mesa y decir las cosas. Observen la fecha, para ubicarnos en el tiempo y el espacio (televisivo).

Cali

Página/12, Sábado, 24 de Diciembre de 2005

Cosas que algunos tienen que decir

Por José Pablo Feinmann

Rep dibuja reflexiones. Rep es invitado por los escritores a esas citas que hacen para hablar de literatura. Rep dice cosas que otros no dicen. Rep tiene dos dibujos –entre tantos otros– que son excepcionales. Si rescato dos es porque fueron los que más me sacudieron, por así decirlo, las tripas. Uno salió hace tiempo. El otro, ayer.

En el primero se veían dos construcciones arquitectónicas: el Estadio Mundialista de River Plate y el edificio de la ESMA. Este dibujo forma parte de una novela que publiqué en 2003 bajo el título: La crítica de las armas. Cito un párrafo: “De las dos (construcciones) surgían gritos poderosos. En verdad, de una surgía un solo grito. De la otra, varios. Del Estado Mundialista el grito era unánime, era el grito hermanado del pueblo de la nación: ‘¡¡¡Gooooolllll!!!’ De la ESMA surgían múltiples gritos, todos distintos, todos expresando el dolor, la vejación: ‘¡¡¡Ayyyy!!! ¡¡¡Arrrrgh!!! ¡¡¡Aggg!!!’. ¿Oían los torturados de la ESMA el grito sagrado de los hinchas de la selección militar? ¿Oían –querían oír– los hinchas de la selección militar los gritos de los torturados de la ESMA? Lo que torna incómoda esta cuestión (incómoda, no para las víctimas de la ESMA, sino para los festivos hinchas del ‘matador’ Kempes) es la obscena cercanía de los dos lugares”. El texto sigue. Se trata de una novela que incluye entre sus temáticas la de la culpa colectiva de los pueblos. Y, por fin, dice esto: “Cuando un pueblo está a quinientos metros del horror y, aun de ese modo, salta de alegría, tiene que preguntarse, entonces, qué es, qué fue ese día, qué relación estableció –ante semejante cercanía espacial– entre su conciencia moral y la ética de los asesinos”. Le pedí el dibujo a Rep. Mi intención era publicarlo en la novela. Nos desencontramos (por culpa de una de mis tantas distracciones) y no pudo ser. Pero, de todos modos, allí quedó, descripto por el narrador.

Ahora Rep publica otro dibujo. Es un tipo desnudo que larga un grito de hartazgo. “¿Saben qué? Me tienen las pelotas llenas con Maradona”. Al pie del dibujo, Rep escribe: “Alguien lo tenía que decir”. Alguien tiene que decir lo incómodo. Lo que nadie dice. Alguien tiene que estar en contra de un circo perpetuo que todos apoyan. Del que todos gozan, de una u otra manera, ingenuamente, auténticamente o del modo más perverso. Alguien tiene que decir que contra los ingleses Maradona hizo dos goles muy, pero muy diferentes. En uno se apiló a medio equipo inglés. Y utilizo deliberadamente el verbo apilar porque era el nombre que el verdadero Borocotó, el padre del diputado-vergüenza, usaba para sus crónicas. Apiladas, así les decía.

Maradona, sí, se apiló a un montón de ingleses y la puso en el arco. Fue glorioso. El otro, el de la mano de Dios, fue una picardía criolla, una más de las tantas picardías criollas con las que llegamos a ser un gran país. Ese gol fue una mierdita bien armada. La pelota era del arquero inglés. El tipo había salido bien. Pero el Diego metió la mano y vengó la humillación de Malvinas. ¡Qué piolas que somos! ¡Qué grande el Diego!

Ahora lo declararon el (creo) mejor conductor televisivo del año y le dieron qué sé yo cuál plaqueta de oro. Se la dio la otra diva del país liviano y bobo. Del país cuyo riesgo-país ya no se mide, por suerte. Pero su riesgo-pelotudo es infinito, por desgracia. Ahora, también, tuvo otro lío en Brasil. Uno más: como cuando salió con un rifle a balear periodistas que, en efecto, le tenían tan llenas las pelotas como él se las tiene llenas a Rep. Un policía (dice la noticia) lo apuntó con un revólver y el Dios de la Mano Divina (él) le dijo: “Tirá que vas a ser famoso”. El síndrome John Lennon.

Y nada más. O sí: esta nota no es antipopulista. No soy Sebreli. Amo el fútbol, pero Maradona, que ya no lo ejerce, sigue jugando de cualquier cosa en un partido que muchos no queremos ver y nos lo imponen a cada rato, agobiantemente. Un partido del que podemos decir, con el entrañable Rep, que nos tiene repodridos. Que nos tiene ¿Saben qué? Con las pelotas llenas.

sábado, 14 de junio de 2008

El hombre que le puso música a la Quebrada

Con el doble propósito de recordar que esta semana se cumple un año de la muerte de Ricardo Vilca y seguir rescatando el material del anterior blog, quiero publicar la nota que en ese momento sacó Página/12. Ricardo Vilca es un músico de características extraordinarias. Sobresale su sencillez y profundidad. Recomiendo su música, una mezcla de viaje interior y por la Puna. Músico admirado por muchos y un enorme desconocido. Vale dedicarle este espacio.

Cali


Página/12, Miércoles, 20 de Junio de 2007
murio ricardo vilca

El hombre que le puso música a la Quebrada

No quiso, no supo o no pudo dejar Humahuaca, y allí lo espera hoy una multitud para darle el último adiós. Compositor, cantante, guitarrista, maestro de música, Vilca era un interlocutor natural del paisaje quebradeño.

Por Karina Micheletto

La Quebrada de Humahuaca es inaprensible para el ojo del visitante. Un pueblo como Huamahuaca lo es, así fijado en el tiempo y el espacio, una perfecta postal de tonos ocres. Uno puede ir y volver a la Quebrada, admirar una y otra vez tanta belleza distinguible de lo conocido, pero nunca alcanzará a capturarla del todo. Los ojos del que llega siempre serán extranjeros, extrañados; tanto más si son los de esos visitantes que pretenden no serlo, en ese gesto siempre patético del disfrazado. El oído del visitante, en cambio, es capaz de captar algo de todo ese paisaje inaprensible; puede guardarlo en la memoria como una presencia cierta, verdadera. La música tiene esa virtud poderosa: la de tender puentes, y hasta hacer desaparecer distancias. Ricardo Vilca fue uno de los que ofrecieron, desde la Quebrada, algunos de esos puentes posibles. Refinada y típica a la vez, sabia, podría decirse, jamás domesticada, su música fue para muchos una forma de descubrir, conocer y admirar el paisaje quebradeño. Ricardo Vilca falleció ayer a los 54 años, tras sufrir una neumonía que derivó en complicaciones hepáticas. Su música seguirá contando y cantando a la Quebrada más allá de las fronteras regionales, aun cuando el mismo autor no quiso, no supo o no pudo dejar Humahuaca para encarar lo que hoy se conoce como carrera artística.

Entre los puentes que tendió Ricardo Vilca están los que llegaron a los más jóvenes junto a la música de Divididos o de León Gieco. Los primeros incorporaron, no bien lo descubrieron, su tema “Guanuqueando” (que Vilca había compuesto en honor a su amigo, el instrumentista Carlos Guanuco), invitándolo a tocar con ellos en varias ocasiones. Gieco le puso letra a su “Plegaria de sikus y campanas”, con un nuevo nombre, “Rey mago de las nubes”. En Humahuaca, y en ocasiones especiales como la fiesta del Tantanakuy, a Vilca lo hacía feliz mostrar esta obra con las campanas de la iglesia principal de su pueblo, las mismas que, según explicaba, influían determinantemente en la musicalidad con la que parecen nacer dotados todos los lugareños, que “escuchan y aman este sonido desde la panza de las guaguas”, según decía Vilca, en el tono bajo de su voz.

Hijo de un empleado del ferrocarril que fue maquinista de una locomotora a vapor, Vilca fue incorporando a su música los sonidos que lo rodeaban. El viento y el silencio profundo de la Quebrada, el vuelo de las aves y el andar de las llamas, y también las campanas de la plaza, o el tren que llevaba a su padre, suenan en su música. Por eso hizo canciones como “El último tren”, que llevan el sonido de la máquina en marcha. “En la Puna cada ruido merece su atención. Yo los escucho, me inspiro y los musicalizo”, explicaba en una entrevista a este diario. También supo incorporar la música clásica, que amaba y admiraba: en su “Homenaje a Bach”, por ejemplo, hizo sonar y bailar a Johann Sebastian en plena Puna.

Compositor, cantante, guitarrista, Vilca fue también maestro de música, un oficio que, ejercido en lugares como Humahuaca o Tilcara, lo transformó en maestro rural, y en San Salvador de Jujuy lo llevó al conservatorio. Tenía “estrategias” para enseñar. Entre otras, el Himno Nacional y “Aurora” en ritmo de carnavalito. “A los alumnos no les gusta cantar el Himno tradicional. Se aburren. En cambio así lo cantan, aprenden y se divierten”, explicaba. Contaba que su música también se había nutrido de su labor docente. Todos los domingos, religiosamente, actuaba en la Casa del Tantanakuy de Humahuaca, “un honor para el lugar”, tal como lo recuerda con agradecimiento el músico Juan Cruz Torres, coordinador de ese centro cultural.


Antes de hacer su propia música, Vilca tocó en conjuntos como Sonido Libre, donde abundaba la cumbia. Con el grupo Ricardo Vilca y sus Amigos grabó los discos Música del Altiplano. La Magia de mi raza (1993), Nuevo día (2000) y Majada de sueños (2003). Películas de distinta calidad también llevan su música, que en ocasiones termina siendo un paisaje más verdadero que el de esas imágenes consumidas por extranjeros con ganas de exotismo en museos de la Recoleta: Río arriba, de Ulises de la Orden (que sigue en cartel en el Malba); Una estrella y dos cafés, de Alberto Le-cchi; El destino, de Miguel Pereyra, que se estrena el próximo jueves. Entre los reconocimientos oficiales figura el que en 1983 recibió de la Unesco, por su contribución cultural a la Quebrada.

El municipio de Humahuaca declaró tres días de duelo con la bandera a media asta e invitó a un cese de actividades en el sector privado para despedir hoy los restos del músico. Ayer, mientras el sol se ponía, los amigos músicos de Vilca (los integrantes del grupo Ricardo Vilca y sus Amigos, pero también todos los músicos de Humahuaca, que, se sabe, son muchos) esperaban la llegada de los restos desde San Salvador de Jujuy, donde Vilca había sido internado hacía dos semanas. Iban a despedir al amigo con su música, transformando la pena en un baile compartido.

Palabras para una pérdida

- Tomás Lipán: “Lo primero que se me aparece en el recuerdo de Vilca es su hombría de bien. Era un hombre muy dado a los demás, a veces demasiado. Por ahí yo lo aconsejaba: ‘Cuidado, Ricardito, que no se abusen...’ Adonde lo llamaran, él iba, con su guitarrita y sus músicos. Fue un hombre bueno, en todo sentido. De los que siempre tienen las puertas de su casa abiertas. Y también un hombre sabio, un músico de una sensibilidad enorme. Yo siempre decía que Ricardo era nuestro Beethoven, nuestro Mozart, porque fue un revolucionario de la música de la Quebrada. Expresaba su sentir como quebradeño, hacía música desde Humahuaca, con los sonidos que lo rodearon desde la cuna; pero sus obras no eran del común de la música de la región que uno viene escuchando. Sus composiciones se apartan de lo quebradeño más típico, y a la vez transmiten una gran sabiduría, por eso logran enquistarse dentro del corazón de los demás. Hoy siento el dolor de la partida de un amigo, un hermano y un genial músico. Sólo me queda una resignación, y es que sus obras están con nosotros. Está vivo en su música”.

- Fortunato Ramos: “A Ricardo lo recuerdo por su espíritu, su grandeza y su gran humildad. Era, sobre todo, un muchacho muy humilde, calladito, silencioso y, sin dejar de lado esa forma de ser, era un maestro. No solamente porque era maestro de música en las escuelas rurales o porque sus creaciones han recorrido el mundo. Con su estilo, él les contó a todos cómo es la Quebrada. En su música mostró desde el silencio hasta el sonido de los elementos naturales de la región, y también los animales, o las campanas. Lo que él lograba era como poesía musical. Tengo una grabación que se llama Fortunato dice sus poemas, donde él me acompaña en la música. ¡Qué lindo, qué suerte que pude compartir tantas cosas con él!”

- Jaime Torres: “Siento que con Ricardo Vilca ocurre lo mismo que con tantos artistas que, lamentable y dolorosamente, juegan siempre este papel. Reconocemos su valor recién cuando no están, cuando nos faltan. Pareciera que nos cuesta mucho una palabra de apoyo, de aliento, en vida. Seguramente en este momento hay un manto muy oscuro en la Quebrada de Humahuaca, porque se fue uno de sus hijos predilectos, que tanto le ha cantado, con amor, con hondura y con conocimiento. Nunca olvidaremos esa modestia y esa humildad que lo caracterizaban. A ese maestro que se trasladaba en un colectivo por los pueblitos, a altas horas de la noche, para ir y entregar lo suyo. Hoy soy uno más de los que lamentamos no haberle entregado más cosas a un hombre que siempre se valió sólo de sí mismo. Fue un artista que no esperó nada de nadie y que siempre se brindó”.

- Tukuta Gordillo: “La muerte de Ricardo es una mochila muy dura, porque éramos compinches de un montón de cosas. El fue el más fino e iluminado de nosotros, el que comprendió que la música es un elemento más de la naturaleza, y por eso hizo sonar la música de los zafreros, de los hacheros, de los andinos, y el sonido profundo del hombre parado en medio del todo y de la nada, que es la Puna”.

sábado, 7 de junio de 2008

El Tren Fantasma

Por esos vaivenes de la vida, pasé un tiempo en un sitio donde había una serie de CDs variados, una selección pensada para turistas. Entre esos CDs me encontré con la edición de la revista “Para Ti” de “Poemas de Amor” recitados Omar Cerasuolo (con música de Angel Mahler). Me dio mucho placer encontrarme con ese disco. A Omar Cerasuolo le tengo un aprecio muy especial.

En el pasado reciente era un deleite para mi escuchar “La noche que me quieras”, donde allí hacía buena parte de los recitados de poemas que este disco contiene y muchos más, buena música y un diálogo con oyentes de los más diversos, de todas partes del país, compartiendo a la noche un momento de poesía y buena música, con la siempre medida intervención de Omar Cerasuolo, sin meterse en papeles patéticos, simplemente manteniendo un diálogo inteligente y ameno con la gente, nada más. Tengo la anécdota que una noche apareció al aire, en el teléfono de Omar Cerasuolo, una llamada de mi hermano mayor, quien ni sospechaba que yo, a cientos de kilómetros de su casa, pudiera estar escuchándolo. Se quería morir cuando al toque lo llamé diciéndole que lo había escuchado.

Pero la historia no es ésta. Mi cariño, simpatía y agradecimiento por Omar Cerasuolo arranca mucho antes. Cuando conducía el “El Tren Fantasma”, un programa que se emitía por radio Rivadavia a eso de la 1 am durante fines de los '70 comienzos delos '80. Según los datos estrictos el programa arrancó en 1975, época en que los programas nocturnos hicieron historia, y duró hasta 1989, habiendo pasado previamente a la FM de Rivadavia, con lo cual se perdió la llegada del Tren Fantasma al resto del país. Así que en AM habrá durado hasta 1983 que es cuando arrancan las FM. El aviso del programa que publico aquí es de 1980.

Yo había comenzado a escucharlo por el 77. Esas noches oscuras y frías, así las recuerdo, y la voz de Omar leyendo textos completamente delirantes y pasando una música maravillosa y misteriosa. Esto ocurría casi en paralelo a la historia que relato, por ejemplo, en Acuarela 1. “El Tren Fantasma” ocupa un lugar destacado en la historia de la radiofonía argentina, se convirtió en un espacio de culto. Los textos que se leían eran de un delirio increíble y a través del mismo pude conocer el reggae, a grupos como The Police, cuando todo eso sonaba extraño y novedoso. Me acuerdo sus malabarismos durante la guerra de Malvinas para no pasar música cantada en inglés, recuerdo que pasaba bastante a “El mendigo en el Andén” de Serú Girán.

Encontré un fragmento que quiero compartir para saborear de lo que hablo. Algo muy importante, su cortina de presentación era “Neon Light” de Kraftwerk, aún hoy lo escucho y me entra escalofrío por el tiempo al que me retrotrae y a las madrugada
s con Cerasuolo. Ese tema de Kraftwerk es para mí, invitablemente, un paisaje urbano que discurre a la 1 o 2 de la mañana. Este es un fragmento de una nota publicada en Clarín a Cerasuolo:

El hombre participa del nacimiento de la FM de radio Rivadavia. Crea y conduce El tren fantasma, un programa que fue de 1975 a 1989 y que recuerda toda una generación. El protagonista de esos cuadros es Omar Cerasuolo, ex maestro, técnico en off set, letrista, publicista, cantante y animador de una orquesta tropical. Y actual conductor de Malambo por FM Folclórica, radio que fundó. Un hombre con historia radial; o, mejor dicho, con historia. "En casa había una radio Capillita y se escuchaba el Glostora Tango Club, Los Pérez García y Tarzán, pero en esos años la radio era cosa de adultos. Yo pasaba mi tiempo en el río y con amigos. En casa me inculcaron la importancia de la memorización y la declamación. Llegué al oficio desde la palabra y aprendí la importancia de los silencios", cuenta el locutor de 61 años. Luego de varios años de viajes por Panamá, Perú, Venezuela y Madrid, Cerasuolo se instaló en Buenos Aires y decidió dedicarse a la radio. Se anotó en el ISER y a los dos años tenía el carnet de locutor profesional. Pasó por radio Mitre y llegó a Rivadavia, que en ese momento tenía una idea loca: fundar una frecuencia modulada, que luego se llamaría FMR. Primero en la AM y luego en la FM, fundó junto al guitarrista Daniel Morano el El tren fantasma. "Es difícil explicar un éxito, que era escuchado por camioneros, rockeros, amas de casa y hasta militares. La hilaridad de los textos y la música fueron dos factores importantes. Hoy, puedo decir que el programa se adelantó 20 años. En esa época, mediados de los 70, teníamos una tanda propia, con artística especialmente preparada. Hacíamos todos con un grabador de dos cabezas y sin computadoras. Hasta el mismo Daniel Grinbank dijo alguna vez que la Rock & Pop nace de El tren...", cuenta Cerasuolo, que ganó tres premios Martín Fierro por su labor en radio. Cuando la dictadura estaba muriendo, circulaban por los bares porteños músicos como Luca Prodan, Miguel Abuelo y Los Fabulosos Cadillacs; y actores como Batato Berea y su Parakultural. El programa fue, según Cerasuolo, el lugar perfecto para todas esas manifestaciones culturales. "Tengo buenos recuerdos de Miguel Abuelo y de Luca Prodan, que llegaba a la radio con una remera que tenía más agujeros que tela. Eran gente muy sensible y culta. De los artistas extranjeros, pasábamos U2, The Police, Iggy Pop y Bruce Springsteen", recuerda sobre el ciclo que comenzó los fines de semana y luego tuvo un espacio todos los días. Cerasuolo no recuerda con nostalgia aquellos años de rock and roll, que comenzaron en Radio Rivadavia y terminaron en la primera Rock & Pop. "Tenemos en mente el regreso del programa, pero será por televisión o Internet". Sin embargo, asegura que es una época que nunca volverá. "Sé que hay una generación argentina que vivió con El tren..., que en ese momento era impulsiva y panfletaria. Muchos de esos pibes, desgraciadamente, forman parte de la lista de desaparecidos; o, quizás peor, son gerentes burgueses de una empresa del microcentro".
Otra crónica de la época la extraigo de un fragmento de una nota a Sergio Aisenstein en La Nación:

Además de ser el dueño de una disco imbatible, Sergio colaboró en los años 70 escribiendo para la revista El Expreso Imaginario, dirigida por Jorge Pistocchi, Pipo Lernoud y Alberto Ohanian, con Horacio Fontova como jefe de arte, y fue uno de los fundadores del Café Einstein, sitio a contramano durante la dictadura militar. Ahora escribe guiones para los separadores de Music 21 y Todo tango, y textos para el programa El tren fantasma, que va por la Rock And Pop los sábados. El tren fantasma es una remake de aquel otro que Sergio y su amigo Daniel Morano, hijo de uno de los dueños de Radio Rivadavia, hicieron en la década del 70, y que quedó en la historia. -Daniel y yo éramos compañeros de colegio y el padre nos dio la hora que tenía menos rating: domingo, a la medianoche, en AM. No nos escuchaba nadie. Ese programa empezó llamándose Duendes y profetas, con Angel del Guercio. Después comenzamos con El tren fantasma, con Omar Cerasuolo como locutor, y fue un éxito impresionante. Era un locutor serio diciendo una sarta de locuras, en un lenguaje casi carcelario. Pero pensaban: Ah, no, está Omar Cerasuolo, no puede decir ninguna inconveniencia.
Para escuchar algo delo que era "El Tren Fantasma" vean en http://www.jurassicradio.com.ar/audio/el-tren-fantasma-omar-cerasuolo


Y les dejo la fantasmagórica música de Neon Lights, una cátedra de tecno y de melancolía a la Kraftwerk.

jueves, 5 de junio de 2008

José Pablo Feinmann, blogs y soberbia

José Pablo Feinmann ha hecho unas declaraciones que retumbaron entre los bloggers. Su frase más impactante fue: “No hay pelotudo que no tenga un blog… y ponelo en negrita” dicha en una nota que puede verse en Youtube (al final de esta entrada la he colocado).

Comparto en buena medida las opiniones que se expresan en la nota de Capalbo publicada en Crítica y que coloco a continuación. He sido admirador de Feinmann cuando tuvo la lucidez de escribir libros como “la sangre derramada” y otros. Pero su rol de intelectual orgánico con un gobierno, el que se derrumba ante cualquier intento de buscarle coherencia histórica y a su presente de puro histrionismo "progre", lo coloca a Feinmann en un lugar bastante “pelotudo”. Que conste que utilizo esa palabra ya que el filósofo Feinmann la colocó como “eje” en sus declaraciones y ahora resulta imposible evitarla. Ustedes saben que procuro mantener una escritura libre de ese tipo de adjetivos y un lenguaje que, en la medida de lo posible, no recurra a la descalificación fácilmente.

Puedo coincidir y disentir con Feinmann según el punto de vista que adoptemos. Coincido literalmente que en que cualquier “pelotudo” puede tener un blog, en cambio no sé si es cierto que no hay “pelotudo” que no lo tenga (al menos no encontré el de él!). Pero, ante la primera premisa “cualquier pelotudo tiene un blog”, no veo la razón por qué no sería así y puedo sospechar que efectivamente es así. Es fácil sospecharlo si miramos la enorme cantidad de blogs que existen y si tenemos en cuenta la cantidad de personas que podrían caer en la categoría de “pelotudos”.

Pero no puedo decir lo anterior sin poner las cosas en un lugar mas equilibrado. Porque la “pelotudez” no es dominio exclusivo del universo de los blogs. La misma situación se repite en infinidad de situaciones, por ejemplo, “cualquier ‘pelotudo’ tiene carnet de conducir”, lo que salta a la vista si miramos el tránsito en la argetina y sus trágicas consecuencias, la dramática diferencia es en este caso la “pelotudez” se convierte en criminalidad y las cosas pasan a otro color. En lo que va del año se mataron 711 personas. No todos “pelotudos”, muchos inocentes de todo y víctimas de la “pelotudez” de otros.

Así, se pueden buscar innumerables ejemplos de la abundancia de “pelotudos” haciendo de todo y en las más diversas disciplinas y ámbitos, como los miles de pelotudos desfigurándose a trompadas por una “camiseta” de fútbol y así un largo etcétera.

Por algunas de estas razones le resultó molesto a tanta gente el exabrupto de Feinmann y su arrogancia para con la sociedad y los nuevos y “extraños” modos por donde la comunicación sucede hoy. La soberbia de J.P.Feinmann tiene una raíz más profunda, en la destructiva soberbia de su pasada militancia política, ahora, la misma soberbia se potencia con la arrogancia, sobreactuada, de los K.

Cali

Diario Crítica 25/5/2008
Polémicas: José Pablo Feinmann, YouTube y K Cualquier pelotudo tiene un blog

Por Daniel Capalbo

El filósofo, antes filoso, y escritor, siempre prolífico, José Pablo Feinmann afirmó en un tono muy pero muy asertivo que cualquier pelandrún sin obras publicadas ni trayectoria ni prosa genial que exhibir y que encima tenga la osadía de postear en un blog sus impresiones, sus quejas, sus textos incipientes, es un pelotudo. “Cualquier pelotudo tiene un blog y ponelo en negritas”, proclamó en un video que se puede ver en YouTube. Una pena, porque Feinmann se quejó con desprecio y una suficiencia que difícilmente merezcan quienes usan los blogs para decir, comunicar y jugar con las palabras que sirven para escribir.

Lo que antes cualquier perejil garabateaba en un cuaderno Arte en La Giralda de Corrientes, por más burro e iletrado que fuera, era bienvenido porque, al menos para los periodistas de mi generación, que de verdad veneraban a la suya, Feinmann, era como poner un pie en el primer peldaño de una escalera que conducía al crecimiento intelectual. Era cosa de entrar en la aventura de la palabra, nada menos.

Puede ser, ¿no? Hay muchos bloggers pelotudos, es probable que la mayoría lo sea. Pero no son los únicos tontuelos en este universo. Hoy existen libertades y recursos tecnológicos que hace apenas unos años eran inimaginables, y también hay un claro abuso de ellos. Pero en todo caso sería bueno sumar a la protesta a otros pelotudos que casi en la tercera edad destilan resentimiento senil o caen en algún tipo de ilusión óptica, más ligada a los deseos que a la razón; algo que, se sabe, siempre nubla el sano juicio y por ende la capacidad crítica. Por ejemplo: el hecho de ver en el ex presidente Kirchner –en pleno ejercicio– a un tipo similar a Jean-Paul Sartre, pero reencarnado en la política, cuando entre uno y otro no hay en común más que su bizquera. Mire, vea, maestro Feinmann, recuerdo que usted dijo eso hace unos años y lo transcribí en una nota cuando a Kirchner apenas se lo conocía por su mal genio adolescente. Hoy creo que aquélla fue una proposición que también podría calificarse de pelotudez, tal vez derivada de una sobredosis de Prozac.

La obra de José Pablo Feinmann es buena. La sangre derramada debería ser declarada de interés nacional, igual que Filosofía y nación. Son libros esenciales. Pero muchas veces me pregunto cómo el intelectual de profesión es capaz de convertirse en la parodia de presentador iluminista de tevé, blandiendo una imagen como de científico loco, en un programa dedicado a la divulgación filosófica que pone en el aire el dignísimo canal cultural Encuentro. ¿Será porque el Estado reconoce y paga? Recomiendo el programa, sin embargo, a los alumnos del colegio nacional. A mí me hubiera gustado tener un profesor así, lo confieso: apasionado, lírico, desgarbado. Y hasta un poco confuso e imperfecto.

Pero una cosa es la filosofía y otra, la acción política. Porque esa confusión la traslada usted a la defensa cerrada de un gobierno que no deja de pedirles adicción a sus intelectuales. Una confusión que lo llevó a concluir apenas una semana atrás que la burguesía sojera estaba urdiendo un golpe en contra de la señora que nos gobierna. Porque, en el fondo, el campo (que para usted es la suma lineal de oligarcas, egoístas liberales y conservadores de ranchería) denostaba a la Presidenta pero para tumbarla, y pensó que todo ese barullo, esta protesta y rebelión frente a un caso de abuso impositivo, escondía el verdadero deseo de cobrarse mal la política de derechos humanos que el Gobierno lleva adelante. Usted lo llamó “protogolpe institucional”.

No dudo de que el ejercicio intelectual, el hecho de dar una vuelta de rosca a lo evidente y superficial, la reflexión como sistema, sean la arcilla que moldea el pensamiento crítico. La pregunta es: cómo es posible que ese ejercicio ponga del mismo lado, bajo la misma bandera, en la misma vereda, a defensores biológicos de un gobierno que miente las cifras de pobreza, de inflación, que manipula la libertad de prensa. Defensores como el profesor Luis D’Elía o como el antes recalcitrante Eduardo Feinmann, periodista de C5N y Radio 10, su primo lejano y ahora habitual interlocutor domesticado de la Casa Rosada.

¿No será por eso, estimado José Pablo Feinmann, que ahora hasta un pelotudo tiene un blog?



domingo, 1 de junio de 2008

Let It Be

Actualmente tengo un “dealer” musical especializado en Beatles y todo el universo que los rodeaba y sigue rodeando, Pablito. Me acaba de prestar “Let it be… naked” (2003), disco que siempre me interesó pera recién ahora puedo tener. Hablo del disco 1, propiamente “Let It Be”, el disco 2 me es francamente poco atractivo (diálogos y pequeños fragmentos de ensayos). Quizás en otro momento...

Como muchos saben esta versión es un rescate del trabajo de los Beatles “desnudo”, sin los agregados realizados por Phil Spector, como fondos corales y orquestales, de allí el nombre de disco. De las muchas cosas que se siguen editando de los Beatles, ésta bien vale la pena y es un rescate muy interesante.

Mi primer contacto con “Let it Be” fueron unos simples que habían quedado en mi casa, mi hermana se había ido muy jovencita. Recuerdo que se trataba de “The Long and Winding Road” y otros, me parecían un plomazo total. En esos simples vi por primera vez la manzana.

Luego tuve mi período de fanatismo Beatle durante los años 1973-1975, todavía en aquella época los Beatles eran motivo de programas especiales, micros radiales y revistas dedicadas a ellos en los kioscos. Mi primer trabajo tipo revista (informe, diría hoy) fue en ese época una historia de los Beatles que envié aun programa de radio de Pergamino que tenía un segmento dedicado a ellos. Me había hecho miembro de un club de fans de Buenos Aires, así que recibía fotos y cosas de los Beatles fuera de lo común, también un boletín rudimentario (“Alma de goma”??, no recuerdo) que en aquél momento fue un hallazgo.

Los discos eran caros y mi bolsillo no era abundante, así que, pocos discos, poco préstamo, en Juncal no abundaban los discos de los Beatles y tenía detectado todos los discos que había en el pueblo, dos (“Please, Please me” y el compilatorio “Hey Jude”). El primero se lo regalaron a Pirulo en un cumpleaños, a los 13 años era imposible bailar ni nada de eso, lo único que recuerdo bueno de ese cumpleaños es cuando Pirulo pone ese disco, yo no podía creer como sonaba ese Winco, obviamente, no era el winco, era “Love me do” y era un flash. Vuelta a mi casa por las calles de tierra de Juncal y pensando en esos cuatro tipos en un balcón. El otro disco lo conocí a través de un amigo de mi hermano (“Hey Jude”), la diferencia de imagen de ambos beatles era algo increíble. Luego me fui comprando “Rubber Soul”, “Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band” y “Abbey Road”. Mi hermano luego trajo “The white Album” y “Let it be”.

Mi primer contacto con el LP “Let it Be” de manera directa fue en Alcorta, en la casa de las hermanas Andorni, tenían un combinado y ¡dios mío como sonaba eso!. Alcorta tenía las calles asfaltadas, disquerías y combinados.

Luego vi la película “Let it Be” en Rosario, en versión copia destruida y mal sonido. Era para pasarla mal, pero era ineludible.

Hace poco, estuve en Londres y una tarde que me quedó entre reuniones me fui con Paula, una colega que viajó conmigo, para Abbey Road. Efectivamente, la gente se saca fotos cruzando la calle, lo hicimos nosotros también y la foto que pongo es delante de los estudios.

Naked, trae obviamente “across the universe”, pongo una breve historia de esa canción sacada de wikipedia, según puedo saber, es la primera canción que se edita para un álbum benéfico y para una organización ambientalista. Chau

Cali


Across the Universe es una canción de los Beatles compuesta por John Lennon en 1968 e incluida primero en el álbum No One's Gonna Change Our World (1969) y luego en Let It Be (álbum) (1970).

Aunque los Beatles tan sólo grabaron Across the Universe una vez y luego se editaron dos versiones, ambas contienen elementos no deseados que fueron añadidos en el proceso de producción. La canción se grabó en Febrero de 1968, pero por varias razones (John no estaba totalmente convencido con el resultado) permaneció inédita hasta 1969, cuando el álbum del WWF "No One is Gonna Change Our World" fue lanzado. Esta es la versión que aparece en el Past Masters 2. Sonidos de pájaros fueron añadidos a la canción para dicho lanzamiento (sonidos que no incluyeron los Beatles) y además se aceleró la canción medio tono. Phil Spector utilizó la cinta original de 1968 para superponer un coro y una orquesta para el álbum Let It Be (álbum), aunque la canción se ralentizó incluso por debajo de la velocidad original. Así que ninguna de las dos versiones se reproduce a la velocidad original.

Así, que si ahora uno coge el Cd "Past Masters II" y escucha la versión que contiene, y luego pone la que se encuentra el Let It Be, inmediatamente le da la sensación de que la versión de Spector es demasiado lenta. La misma operación en el orden inverso, presenta a John Lennon como si hubiera respirado un balón de helio.

La canción fue escrita por John en Kenwood tras una discusión con Cynthia. Mientras estaba tumbado en la cama, la frase "pools of sorrow waves of joy" (estanques de pena, ondas de alegría) le vino a la cabeza, y allí se quedó hasta que se levantó y la escribió.

Across the universe es tambien el nombre de una pelicula realizada en el 2007, un musical con covers de los Beatles.